Cuando un feto es formado, está siendo hecha una matrícula para entrar en la escuela de la vida.
El cotidiano va moldeando a los pocos la persona.
En el momento en que el niño viene al mundo se inicia el aprendizaje. Están a su disponer los mejores profesores con titulación de Maestro y Doctorado: sus padres. A medida que crece, bromea y aprende.
El material auxiliar de enseñanza es todo lo que está a su alrededor.
Las lecciones teóricas son realizadas en su hogar. En la convivencia con las demás personas serán puestas en practica, en el día a la día.
Muchas veces, a pesar de innumerables explicaciones, el alumno tarda a entender... comete muchos errores hasta que acierta. Sin embargo, hay aquellos que no siempre aprueban y parece que jamás alcanzarán la próxima etapa.
La vida es un aprender contínuo, cuya carga horaria solo termina cuando dejamos de respirar, pero, presentimos que en tiempo alguno llegamos a estar capacitados para vivir completamente.
Es necesario superar la fase de aprendiz y acercarse al máximo a un profesional capacitado en el arte de vivir... igualarse a un aventurero y escalar los picos más altos de las dificultades. Sufrir, ganar o perder, no importa, pero recoger lo que adquirió a lo largo de los años y seguir adelante; prepararse para el próximo obstáculo, porque la existencia es una batalla constante, no necesariamente una guerra violenta, sin embargo, a ella le gusta provocar para guiar el individuo hacia más adelante.
El postgraduado se da en la madurez, en el auge de la vivencia.
Al fin... cuando el ser humano cierra los ojos y parte hacia la eternidad lleva consigo su mayor riqueza: experiencias de la vida... eso no se puede recibir como herencia de nadie: cada uno conquista la suya y se quedan solamente las memorias de la trayectoria de un estudiante que se volvió universitario, se diplomó... sin embargo, le persigue la sensación de que aún le falta alguna cosa...
Por mucho que se vive, parece poco...
Al nacer ganamos una pluma para con ella escribir la historia de nuestra vida, pero un día la tinta se termina no siendo posible substituirla por otra.
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OBS.: Este texto hace parte del libro:
"Voz del Alma" – Autora: Rosimeire Leal da Motta
Editora CBJE - RJ - Noviembre/ 2005 - Poesía y Prosa.
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