Formas de Querer...

Ya habían pasado más de 10 meses desde aquella última vez.....
Y algo la inquietaba, sin poder comprender claramente, que le sucedia.
Notaba la indiferencia de sus amigos, el Irineo, el Guapo, el Campeón, del Enzo, y varios otros, amigos, que cada cierto tiempo, solían cortejarla, disfrutando con ella, aquel juego de la vida.
A su mente vino un recuerdo nebuloso, de aquello que le había sucedido meses atrás.
Recordaba algunos dolores muy fuertes en su vientre, en su cuerpo perfecto, ...hasta ese día.
Un objeto frío se había adentrado, cortando, removiendo, lacerando y llevándose una parte de él.
También recordaba la gran "atención y devoción" con que fue atendida durante esos días por su amiga del alma, esa por la cual, ella, daba su vida sin pensarlo, a la que adoraba como a una diosa, a la que siempre le demostraba amor y fidelidad insobornables.
Desde ese día, su cuerpo había cambiado, de eso no le cabían dudas, se notaba deforme, desganada, pesada, torpe, algo le había sucedido.
Algo que estaba más allá de lo dispuesto por la naturaleza para ella, que había matado su natural vehemencia, su alegría chispeante de vivir que le eran tan características
¡Todas sus fibras se lo gritaban! habíale sucedido algo que no podía comprender.
Su cabeza tenia sensaciones instintivas en desequilibrio, mezclaba su inquietud, con palabras dichas por su idolatrada amiga:

“Ahora ella estará más tranquila”,
“Ya no la molestarán todos esos atorrantes”,
“Ahora será mucho más limpita”,
“Ya no sufrirá deformaciones”,
“Fue más que nada, para su tranquilidad”,
“Ahora podrá vivir sin problemas”.
“Todo ha sido por su bien”
“Podrá pasear sin tener que pasar vergüenzas”

Pero su naturaleza, seguía extrañando a Irineo, al Guapo, a Campeón, al Enzo, y varios otros de sus amigos.
Sintió que su idolatría aumentaba, al comprender el "cariño ilimitado y gran preocupación" demostrados hacia ella por esa persona tan cara a sus sentimientos.
Ahora entendía eso que siempre solía oír de sus labios en forma sentenciosa:
“Cuanto mas conozco al humano, más quiero a mi perrita”
Comprendió que gracias al "gran amor" que su dueña le prodigaba, a su "omnipotencia", ella, nunca podría ser mamá, nunca podría tener cachorritos.
Había dejado de ser una simple “perrita”.
¡¡Había sido elevada en su rango!!
Ahora si, era de verdad,
toda una ¡¡¡”MASCOTA”!!!.....

ags.
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