Descansa en paz
cuerpo mío,
agobiado
y adormecido
en aquel frío
sitio.
Te observo
desde acá,
sentado en
esta roca,
mirando
cómo desciendes
y cómo lloran
las viudas.
Descansa en paz
amigo mío,
hiciste cuanto
pudiste
con lo que te dieron,
aunque luchaste
y seguiste
adelante,
por terco
y porque no te
quedaba de otra.