Aprendí a porrazos,
cayéndome de bruces
con mis primeros pasos.
Para que decirte la primera
vez que me gustó alguien,
entre el tartamudeo
de mis palabras
y la sonrisa
de nervios que de ella
emanaba.
El primer beso,
sin lugar a dudas
robado, sin permiso;
no me quejo,
jamás lo hice,
aunque terminará
vencido
luego de una
cruenta batalla.
Mi primer amor,
una luz,
que se fue,
aunque luché,
sin lograrlo,
para que ella
no la extinguiera