Existen mujeres
de toda calaña,
mujeres que hechizan,
mujeres que engañan,
mujeres con velos,
mujeres con garras,
hay mujeres tontas
y hay mujeres sabias,
mujeres que contemplan,
mujeres que se explayan,
mujeres de las calles,
mujeres en sus casas,
mujeres con verdades,
mujeres con venganzas,
mujeres de galas,
mujeres de brasas.
Si tú me preguntas
que mujer prefiero:
dame a todas ellas,
son todas hermosas.
Las que no consiento
y mi interés no alcanzan
son esas mujeres
que puras y castas
se construyen templos
de cosas profanas
y los consideran
su misión sagrada,
porque estas mujeres
son mujeres vanas.
Me encantan las mujeres
de todas las calañas,
me encantan cuando ríen,
me encantan cuando callan,
me encantan cuando sueltan
el animal que esconden
debajo de sus tallas,
me encantan cuando llevan
las manos a sus panzas
y acarician al niño
que habita sus entrañas,
me encantan sus santuarios
de soledad instalada,
me encantan sus misterios
de fina hechicería,
me encantan cuando impulsan
sus sueños a la vida.
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