Y heme aquí, sentado frente al fuego, pensando en tantas cosas que llega el momento en que creo que es el mundo el que se mece sobre la llama, y no la llama sobre este. El futuro me parece tan lejano, y a la vez tan distante, y el pasado me parece largísimo, pero a la vez tan falto de vida, tan falto de experiencias, tan falto de todo.
En este momento no tengo nada claro, solo que estoy aquí, que existo, respiro, del fuego en frente de mí que calienta mi cuerpo, aunque ni siquiera de eso estoy muy seguro. Poco a poco mi mente comienza a nublarse, a cegarse, de pronto no puedo escuchar nada, mi vista se vuelve borrosa y mi cuerpo no reacciona. Poco a poco comienzo a sumergirme en una completa oscuridad, una oscuridad desconocida para mi, pero a pesar de esto, no me produce temor.
De pronto comienzo a ver muchas imagenes, de las cuales soy casi siempre el protagonista, una serie de imágenes las cuales parecieran relatar una historia, una historia conocida para mí, pero que a pesar de esto no puedo recordar de donde. Las imágenes pasan muy rápido, de una manera fugaz, pero a pesar de esto puedo visualizar cada una de ellas con claridad, y cada una me recuerda un sentimiento que creo antes he sentido.
De pronto las imágenes desaparecen, y todo se vuelve una completa oscuridad, en la cual ni siquiera puedo ver la punta de mi nariz... ¡No puedo ver!... hay algo que me ha cegado. De pronto comienzo a recuperar la vista, y en el fondo de toda la oscuridad veo una luz, una luz que me llama. Deseo acercarme a ver que es, pero al comenzar a avanzar me doy cuenta que no puedo, y que cuando me fijo bien me veo atrapado por un gran numero de cadenas, cadenas muy gruesas, las cuales no me dejan moverme. Comienzo a observar las cadenas, y cuando llego al final de cada una de ellas, me doy cuenta de que están sujetas por personas, personas que me resultan familiares, pero que en realidad no puedo recordar. Estas personas agarran las cadenas con mucha fuerza, intentando no dejarme escapar. Intento forcejear contra ellos, pero son muchos, y tienen demasiada fuerza para oponerme a ellos. De pronto me doy cuenta que todos tienen un rostro de pena, una gran pena en sus corazones, puedo ver sus corazones, y me doy cuenta como la pena y la rabia los corroe. Cruzo mi mirada con la de cada uno de ellos, y de pronto comienzan a soltar las cadenas. Los vuelvo a mirar, y me doy cuenta que ahora, además de la pena, demuestran comprensión. Han entendido que debo ir hacia la luz. Veo que les cuesta mucho soltar las cadenas, y su dolor crece, pero yo les demuestro que es lo correcto, y ellos parecen entender eso, y por una parte puedo notar satisfacción por parte ellos al saber eso...creo que es lo correcto por parte de ellos dejarme ir.
Al momento de llegar a la luz, vuelvo a perder la vista, y cuando comienzo a recuperarla, vuelvo a ver el fuego, vuelvo a escuchar el ruido de la madera quemándose y a sentir el olor particular del lugar en el cual me encontraba. Mi cuerpo vuelve a reaccionar, y puedo moverme.
A pesar de que todo ha vuelto a la normalidad, siento que algo a ha cambiado en mi, que no soy el mismo que siempre he sido. Me acerco al espejo y veo al mismo de siempre, pero hay algo que llama mi atención…mis ojos han cambiado. Siento una mirada desconocida en mí, una serie de sucesos que yo no viví, me siento otra persona. En un momento hay algo que quiere salir desde dentro de mi, recuerdos vagos de algo que había sido antes, algo que había vivido antes, pero de un momento asumo todo lo que hay en mi cabeza, asumo todo lo que veo en el espejo, y consiente de que no soy el mismo, solo sigo mi vida, y vivo esta vida que me ha tocado vivir, de la cual siento que no soy parte, pero se que no es así, que es mi vida, y que como todo ser humano, debo vivirla para mi…