Que triste se ve el viejo árbol,
Ninguna rama le ha florecido,
Las aves han abandonados sus nidos,
Y ninguna flor le ha retoñado.

Los pequeños turpiales no lo han vuelto a visitar,
Los loros y las guacamayas muy lejos se han ido.
Tal vez se deba a la sequía de estos tiempos,
Tal vez se deba al descuido de la naturaleza,
Al poco amor que le ha brindado el hombre,
Porque gran parte de su tiempo ya pasó.

Sin embargo en un tiempo fue frondoso,
con grandes ramas y esplendido follaje,
en él, las aves hacían sus nidos,
y otras especies convivían con el.

En aquel tiempo la lluvia lo visitaba,
Y el agradecido, ofrecía al sol y a la lluvia
sus mejores colores, y
coquetamente deleitaba a quien viniera a visitarlo
con su gran verdor y hermoso color.

Pero esta sequía y los aňos lo han envejecido.
Ya no es el árbol robusto de ayer,
Pero lo que más le entristece es como lo abandonaron,
los humanos y otros seres vivientes con quien compartió el día de ayer.