1/ Tierno
—La malvada hipotenusa capturó a Pi.
Observo a mi pequeña hija, expectante por el efecto que le produce la narración.
—Pero, ¿quién puede tragarse esta historia? —me reprocha con sorna.
—Escucha: ocurre que Pi no logró encontrar las piedras que marcaban el sendero ni consiguió que Caperucita lo guiara fuera del bosque. Pero se topa con el Príncipe Valiente…
—Papá, tengo sueño —me interrumpe la muy incrédula.
Obedezco y callo, resignado, mientras ella me acomoda la manta y aplasta con asco la colilla que he dejado en el cenicero. Cuando apaga la luz y se marcha, aún flota en el aire un suave olor a marihuana.
2/ Triste
Abrumado por tanta responsabilidad, el animal había huido en medio de la metralla, las sirenas, los gritos, el fuego. Ahora, agonizante, oculto a medias en aquel bosque espeso y evocador, sólo quiere dormir. Pero los recuerdos le niegan el sueño. Aún la ve girando en el vacío, tratando inútilmente de asirla, entre los aviones que tanto lo han enfurecido. Y llora, con ese llanto silencioso propio de los de su especie. Cuando la primera lágrima humedece la hierba, el gorila muere.
3/ Tenebroso
“Mejor el dragón que mamá.”
La frase es sugerente, ingeniosa, tiene gancho. Cien veces me detuve a leerla en el cartel que cuelga a la entrada de la casona, y cien veces continué mi camino cabizbajo, sin atreverme a la promocionada consulta sin cargo.
Debo tomar las riendas de mi vida, me animé a decirle esta mañana, mientras me servía el desayuno en la cama. Se limitó a sonreír, a acariciarme suavemente el pecho. Pero de nada le servirá, hoy me he decidido. Me planto junto al letrero y toco el timbre. Abren la puerta, un escalofrío me recorre todo el cuerpo.
|