El alba ya despertaba,
de su imperturbable sueño,
su trayecto ya empezaba,
del cual nadie es dueño.
Los pájaros cantaban,
en los árboles ya floridos,
sus bellos cantos entonaban,
cuando salían de sus nidos.
Hoy me dirigía a la escuela,
contento de haber nacido,
un día especial era,
por eso ya estaba agradecido.
El día más anhelado,
¡Fin de la ardua espera!
el momento había llegado,
me dirigía hacia ella.
El camino era corto,
pero eterno se me hacia,
mi corazón palpitando,
de emoción y alegría.
Una rosa llevaba en mis manos,
nervioso la sujetaba,
esperando recibir un abrazo,
de ésta, mi persona amada.
Sus ojos bellos me avistaron,
su cálida sonrisa me recibió,
mis sentimientos se desataron,
me declaré con honor.
Ella me tendió la mano,
yo le tendí mi amor,
llego el ansiado abrazo,
hasta fundirnos los dos.
Derramé una lagrima,
me embargo la emoción,
lo que yo sentía,
era puro amor.
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