Oleiros, a día de la fecha.
Buenos días, concurrencia (si es que la hay):
El petróleo sube, los alimentos básicos escasean.
Los transportistas de mercancías por carretera en huelga, pronto, los taxistas y agricultores se unirán; la flota pesquera de altura sigue parada... ¿Y tú, ciudadano de a pie? Tú sigues cobrando lo mismo, por realizar el mismo trabajo, aunque el coste de la vida, lo cotidiano, ha subido y sigue subiendo. Las hipotecas, el pan, la energía, ropa y calzado... Todo ha visto como su valor monetario se incrementaba, y todos lo hemos visto. Los neoliberales mantienen que el sistema se recuperará, pero lo cierto es que Papá-Estado ya no puede dar más dinero. En cualquier caso, ¿de qué serviría imprimir más billetes, acuñar más moneda? ¿Vamos a seguir chupando de subvenciones europeas que nunca seremos capaces de devolver?
Y Papá-Estado no tiene mejores ideas que reprimir a los desesperados. Violentamente. Porque claro, sólo Papá-Estado puede ejercer la violencia, es su monopolio. ¿Sólo él puede?
Quizás sea prematuro escribir esto, máxime cuando pocos seréis los lectores que os molestéis en prestarle atención. Pero el momento del cambio se vislumbra cerca. Cambio que será costoso, y tópicamente igual que un parto. Quizás no se note al principio, y no sea tal y como al menos a mí me gustaría. Pero una cosa sí tengo clara. Y es que un nuevo modelo de organización económico-político-social es necesario. En grupos más pequeños, quizás, y por ello más sólidos y permeables.
No protestemos porque los piquetes generan retenciones, y debido a esto se desabastecen los mercados. No creáis tampoco las palabras tranquilizadoras de los políticos burócratas que habéis elegido, sean del palo y partido que sean. No creáis, pues, que esto se acaba y todo seguirá cómo hasta ahora. Dejad de quejaros por las incomodidades ocasionadas por quién protesta pidiendo pan, dignidad, y trabajo.
Protestad con ellos.
¡Piquetes civiles YA! |