Desde el preciso instante que vio por primera vez la luz entendió que le tocaba afrontar un camino tortuoso en su vida. Sin importarle, simplemente tomo su espada, su escudo, su casco y sobre su casco un pequeño estandarte que simbolizaba la victoria absoluta en aquella guerra, este era el símbolo de su ejercito, aunque en ese preciso momento se sentía como un simple mercenario, un mercenario mal pago por cierto.
Cuando afuera, mientras el sonido de los metales era lo único que en verdad valía la pena, él ferozmente blandía su espada con la esperanza de ganar esta fiera batalla, no tenia muy claro por que luchaba simplemente daba lo mejor de si mismo para lograr una victoria. El sentir que los huesos de sus adversarios traqueaban mientras su espada los atravesaba era uno de sus mayores placeres, no precisamente por que fuese un sanguinario o un sádico, sino por que esto significa una baja más para el ejército enemigo y un enemigo menos que enfrentar, mientras sus ojos se llenaban de lagrimas al ver caer alguno de sus aliados o al darse cuenta que sus mejores esfuerzos no han valido la pena puesto que no se ha logrado avanzar nada a pesar de que se ha hecho hasta lo imposible por lograr ganar.
Aunque el campo de batalla en el que el se encontrase no era precisamente un campo medieval o alguno salido de una historia épica, sus enemigos no eran feroces guerreros o bestias míticas, la victoria no fuese por libertar o por colonizar algún país, en medio de la mente de este guerrero que ahora fallese se sigue librando una batalla en una guerra ya perdida. Ya ni el corazón ni los labios de su princesa le pertenecen, ahora solo es un simple peón que intenta alcanzar un pequeño puesto en la nobleza, tan solo es un loco que delira mientras escribe, es solo un triste personaje en medio de la nada al cual le han arrancado un pedazo de su corazón, se ha convertido un vestigio de vida, un algo que le hace falta un alguien… supongo que si has leído hasta esta línea entenderás ahora como me siento después de que decidiste dar por perdida la guerra sin siquiera intentar librar una batalla.
KARONTE
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