Soy un católico
de izquierda y renegado,
de terca paciencia,
con mal humor,
de sonrisa fácil
y ojos tristes,
adoro el cuerpo, la sonrisa
y la mirada de una mujer,
siempre fiel
y a su vez infiel,
por amar a la luna
y al mar;
soy detallista, perfeccionista,
irresponsable por descuido,
pero responsable
en las consecuencias,
soy lo que siempre he sido
y he querido ser,
o al menos lo que me
he atrevido a ser.
Odio perder
tanto o más que ganar,
porque muchas
veces no tengo ni
idea de qué hacer
con lo ganado
o cómo olvidar
lo perdido.
Tengo una conciencia
que no se calla,
ni siquiera cuando duermo,
difícil de apaciguar
o controlar,
bueno, mientras
no encuentre un
precio justo. |