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18 de Noctus del presente año. Cuevas Agneas. Búscame. Hoy me encuentro entre árboles frondosos y altos. Alcánzame. Corre y husmea entre la hierba húmeda de este bosque y encuéntrame. Hoy dejaré que pases tu mojada y suave lengua por mis manos. Hoy tú serás mi señor y yo tu amo.

Instrucciones para hallar a la mefeméride del Bosque Tinieblas:
Sumérgete suavemente en la vigía dulce y pesada de un sueño profundo. Cuando abras los ojos finalmente te hallarás en lo profundo de un bosque frío y mojado. A lado y lado de tu cuerpo sólo habrá árboles altos y frondosos. Bajo tus pies, que estarán descalzos, sólo sentirás la hierba húmeda que te hará cosquillas. Cuando des el primer paso, te darás cuenta que el bosque es mucho más grande de lo que parece, y te sentirás muy solo, pero al mismo tiempo sabrás que no lo estás. Risas juguetonas retumbarán sobre el frío tallo de los grandes árboles que te rodean. Son las mefemérides. Féminas escondidas tras escarpadas montañosas, dentro de cuevas que llevan a mundos subterráneos inimaginables. No te asustes, camina despacio y pon especial atención a las ramas azules cercanas a tu rostro. No dejes que ninguna roce ni levemente la piel de tu cara. Extraños ritos podrían llevarse a cabo si el veneno de sus puntas dejara un rastro descolorido sobre tus facciones. No te importe alejarlas con las palmas de tus manos, no te harán ningún daño.
Recuerda que mientras no te detengas, no estarás perdido jamás en este bosque. Caminarás durante tres días seguidos, en la línea que tu destino marque para ti. No te detendrás por más de cinco minutos en ningún lugar pues podrías perderte para siempre, no llegar nunca al lugar donde las mefemérides duermen y ni siquiera podrás regresar de dónde hoy piensas salir.

18 de Noctus del presente año. Entrada a las cuevas Agneas cerca al valle. Hoy, cuando finalmente llegues a mí, juro recibirte con el suave aroma de mi olor a tierra húmeda, no permitiré que mi sombra escape de mi piel. Corre ágil entre los árboles, escucha siempre muy bien, ten cuidado con tus pies, tal vez así me puedas hallar. Vivo en el corazón de este bosque al lado de la madre y estaré esperando sin pestañear los tres días más eternos de mi vida.

No olvides buscar al gran padre. El arce, el árbol salpicado de ojos. Debes hallarlo cerca al sonido de párpados que se cierran, pequeños chasquidos lagrimones, húmedos de piel de ojo. Será él quien te dé el permiso de entrada. Cual sea el camino que tomes, te seguirá hasta perderte de vista. Y eso puede ser hasta que te encuentres con ella y aún en ese momento no dejará de vigilarte y perseguirte. Siempre sentirás su presencia y si haces las cosas como te hemos dicho te cuidará hasta el fin de nuestros días. Cuando hagas parte de nosotras.
Debes estar siempre atento a los sonidos y susurros del bosque, podrías llevar la sombra de una de nosotras tras de ti. Ese eco olvidado como simple sonido agudo y opaco. Te imaginarás que estás dentro de una cueva aunque no sea así. Pues no te dejarán llegar a nosotras tan fácil, tan cómodo. Si es así, que la sombra te persigue, debes buscar una hoja color rosa de un árbol de corteza húmeda, delgada y casi babosa. Cuando halles esta hoja, retira de tu pecho la ropa que aún lleves y abrázate al árbol tratando de robar de él, todo el líquido gelatinoso que sus hojas gotean con lenta suavidad. No retires ni una gota de este repelente manjar, pues mantendrá a la espía mefeméride ciega ante tu presencia y no podrá ver más los pasos que das.

19 de Noctus del presente año. Cerca al bosque Tinieblas. Si hoy no pudiera verte mi cuerpo se arrugaría de repente, me abandonaría el deseo supremo de sentirme viva. La naturaleza no sería la misma para mí. No podría volver a ver días brillantes con los mismos ojos. No podría amar. Le diré al arce que te siga con quietud y silencio para que no temas de él, te cuidará mientras pronuncies mi nombre.

Humano olvidado del mundo. Tu sueño será eterno y no podrás regresar. Ruega porque no te despierten hasta que a tu destino llegues. Si sabes el nombre de esta mefeméride pronúncialo lo antes posible y cuando la reconozcas, de entre todas nosotras que somos la misma, se alzará su belleza y será diferente sólo para ti. Pronuncia su nombre con delicada lentitud y extrema suavidad, sin afanes ni miedos. Y sólo en el momento exacto. No podrás decirlo ni una vez más. Ella ha escrito que el gran arce te ayudará pero nosotras te decimos que no es así. El gran padre tiene sus ojos en todos lados y sabe quién eres. No cree que tengas las plantas de tus pies tan arraigadas a esta tierra y no considera que puedas germinar en ella. La madre te niega rotundamente y sabemos que ella no espera nada de ti. Sólo el dolor de una de sus hijas. Oh! Hermano hombre, nosotras creemos en ti. Sigue los pálpitos de tu corazón y estas instrucciones, así podrás conocernos y hacer parte de esta madre tierra que nos esconde en lo profundo de su corazón.

19 de Noctus del presente año. Bosque Tinieblas. Mi nombre, es el que resplandece en el firmamento, entre más profunda soy, menos me ves. Hállame y nómbrame, no lo olvides, es la única manera en que vendrás a mí.

Texto agregado el 12-06-2008, y leído por 116 visitantes. (0 votos)


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