Jonas y Luís estaban viajando de madrugada. Mientras Jonas conducía, Luís reposaba en el banco de atrás. Después de haber hecho un largo trayecto en una carretera monótona, Jonas se durmió al volante. Entonces, de repente hubo un estruendo y el coche se chocó con un camión.
Jonas oía personas llamándole por su nombre, pero no podía contestarles, ni moverse. Se acordó del accidente y se preguntaba lo que había sucedido con Luís. Ruidos de motor de vehículos parando y un murmullito... gente que dialogaba, eran los sonidos que le llegaban a los oídos. Alguien dijo: "¡Es muy grave!" Jonas deseaba abrir los ojos para ver como él estaba, sin embargo, no tenia fuerzas. Sintió que lo transportaban en una camilla y enseguida escuchó el arrancar de un coche.
Pasadas algunas horas, le colocaran unos aparatos en la boca, en los brazos, en el pecho y en la nariz. Después de un interminable período de silencio, llegó su esposa. Ella le hablaba amablemente y le susurraba: "¡No te preocupes, ya saldrás del estado de coma y volverás para casa! ¡Claro que sí!" Él sentía sus lágrimas sobre él y quería llorar también, pero, no lo lograba.
Ignoraba si era por la mañana, por la tarde o si era de noche... Había perdido la noción del tiempo y todo le parecía muy distante. Una voz de mujer decía: "Doctor, él está empeorando... ¡está muriendo!" Nadie sabía que Jonas podía oír y lo que escuchaba solamente le aumentaba la angustia y la desesperación, por no disponer de energías para hacer algo por si mismo. Pensó en toda su vida y no estaba seguro si había vivido lo suficiente.
Las imágenes de su pasado iban y venían... escenas de su adolescencia se mezclaban con las que habían sucedido en su fase adulta. Se acordó de Dios y oró: "Señor, no soy digno de dirigirle la palabra, sin embargo, le suplico que perdone mis pecados. Yo, en ese momento, soy solamente pensamientos, no siento mi cuerpo, comprendo que lo que resta de mi es el alma y ella se inclina delante de Ti, ¡profundamente arrepentida y esperanzada de Tu perdón!" Los sonidos y las voces se estaban quedando cada vez más lejos, pero luchaba para no perder este contacto con el mundo. Ya no oía más nada, sin embargo, entendía que lo golpeaban en el pecho.
Tuvo una parada cardiaca, seguida de infarto y murió.
Los médicos se miraban el uno al otro concordando silenciosamente con el diagnostico.
Solo no vieron cuando una luz envolvió el aposento y el alma de Jonas dejó el cuerpo, volviéndose frío y pálido.
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OBS.: Este cuento hace parte del libro:
"Voz del Alma" – Autora: Rosimeire Leal da Motta
Editora CBJE - RJ - Noviembre/ 2005 - Poesía y Prosa.
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