Miro el reloj y son las 10:56, miro la pared blanca el tiempo suficiente como para empezar a ver formas en ella, veo unos dientes, no, colmillos, y están encima de algo, no no encima, detrás, están detrás de un pequeño niño de orejas puntiagudas, lo van a agarrar pronto, y el solo espera el momento de recibir la muerte, a un lado un viejo con nariz de zanahoria me saca la lengua con un gesto de burla, y su lengua se alarga y se alarga, como una serpiente asquerosa que lo persigue todo, y entonces, no se como, pero sucede, la asquerosa lengua del viejo zanahoria me envuelve y con la punta lame mi cara, como un perro que lame a su amo, y mientras lame mi cara consigue también lamer por completo mis ojos dejándolos totalmente secos.
Un DJ en una mesa de scratches hace mezclas que se ven amarillas y violetas, el DJ michaelans o mikaelans (¿qué importancia tiene?) vomita sobre sus discos, y cada vez que hace esto, el rostro de la virgen que hay en mi cama sonríe y se agarra la entrepierna con fuerza mientras enseña sonriente el dedo medio de la mano derecha.
Arriba del viejo zanahoria una liebre anciana y cansada orina a chorros todo el lugar, pero la amenazo y se calma.
Consigo mirar más profundamente, y me doy cuenta de que el niño de orejas puntiagudas ha sido cortado en pedazos, y cada uno de sus pedazos se mueve por la pared blanca de forma independiente, entonces trato de que no se separen y me doy cuenta de que es inútil, solo es una pared blanca a las 10:56.