La despedida

Era viernes. Llevabas pantalón de mezclilla, la camisa de algodón a cuadros que te regalé y los cabellos revueltos. Habías llorado y yo no sabía por qué. Fumabas dejando una estela gris en el aire como constancia de tu desesperación. La música quedó atrás. Quise descansar mi cabeza en tu hombro pero separaste tu mundo del mío. Recuerdo la violencia de tus palabras, las manos encrespadas, la sequedad de tus labios cuando quise darte un beso. Te miré a los ojos y respondiste con el silencio más absoluto. Esa noche el árbol se despobló de sus hojas, los astros se apagaron en el leve rocío que nos envolvía. Oscureció para los dos. Te sentaste a la orilla de la ausencia y entonces te despediste de mí. Llegó el final. Sacaste del bolsillo el dictamen médico. Cuatro letras devastadoras. Comprendí que todo terminaba: la vida en común, los amigos, la casa, los hijos. Esa sombra que se interpuso entre nosotros arrebató mi felicidad. Rompiste el pacto al amarlo. En la sentencia llevabas el pecado. El SIDA posó sus hojas sobre tu cuerpo, eras naturaleza muerta.


Lady López, 2008.