TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / gui / La historia triste de El Mantecoso

[C:356700]






Mantecoso camina por las calles con su mirada torva y asiendo en su mano derecha el manubrio de una bicicleta que acaba de robar. En sus bolsillos, descansan, un hermoso reloj de hombre, dos teléfonos celulares y un turro de billetes, también escamoteados. El tipo camina semi agazapado, nervioso como una liebre, con la preocupación latente, que no es lo mismo que un remordimiento, ya que él no sabe de sutilezas.

Una estupenda chica pasa por su lado y él no la contempla a ella, sino a su cartera, la que cuelga despreocupada de uno de sus hombros. Para disimular, le lanza un grosero piropo, pero en el acto, se arrepiente. El asunto es pasar desapercibido, no llamar la atención de algún detective o un carabinero.

Y prosiguiendo con su marcha camuflada, entra a un boliche de mala muerte y pide una cerveza. La bicicleta ha quedado encargada a un señor que vende verduras en la esquina. Desconfía, dicen que todo ladrón es desconfiado, está pendiente de aquel hombre que cuida con mucha atención el artículo encomendado.

Está a punto de empinarse por quinta vez la botella, cuando aparece un hombre y le arrebata con violencia la bicicleta al vendedor de verduras. Es el dueño del artefacto, que viene precedido por dos carabineros. Mantecoso empalidece, quiere huir. Pero, los policías y el hombre ya se dirigen al boliche, siguiendo la dirección del dedo del vendedor de verduras.

Mantecoso irrumpe en los baños, buscando desesperadamente una salida. Ingresa a una cabina pestilente y trata de escapar por la ventana. Pero, su cuerpo regordete no cabe en el pequeño rectángulo. Asediado, a punto de ser atrapado, introduce los teléfonos celulares y el reloj en el estanque del silencioso. Luego, se sienta a esperar que las fatídicas voces se aproximen para apresarlo.

Pasan los minutos, nada sucede. Entretanto, Mantecoso recapitula todos sus escabrosos pasos. Recuerda a su madre, solícita mujer que se desvivía por él y que siempre intentó enrumbarlo por el buen sendero. Mas, el chico prefirió siempre la calle, la libertad de las aceras, la vida fácil, tan diferente a las matemáticas que le enturbiaban el cerebro y las fechas y las letras, que le sabían tan mal como el estofado de cochayuyo. A los doce años se escapó de su casa y jamás supo de las angustias que sufrió su madre, tratando de dar con su paradero.

De eso, ya han transcurrido, por lo menos, dieciocho años o acaso más, él no es de andar cotejando fechas. A los trece conoció a una mujer que bien pudo haber sido su madre. Pero fue casi su esposa, con ella aprendió lo que debió aprender algunos años después. A los quince, ya era un experto en las lides amorosas y un avezado “hombre de negocios” que comerciaba todo lo que rapiñaba.

Al cabo de un rato, abre la puerta de aquel desaseado baño y asoma sus greñas para percatarse si el peligro subsiste. Sólo escucha los rumores apagados en que se confunden las voces de los parroquianos y la música que emite una discorola. Camina con sigilo de gato torpe y cuando ve la puerta a lo lejos, camina con ese aire de desconfianza, gesto que se le quedó pegado como una insignia en su rostro adusto. Abandona el boliche. Afuera, el vendedor de verduras vocea su mercancía.

Doña Agustina se mueve con lentitud. Es una tortura para ella caminar una mísera cuadra, las piernas le duelen, garras extrañas le atenazan la cintura. Llora su alma. Su rostro traduce toda la amargura que lleva dentro. Hace muchos años que su pequeño Alexis se fue de su lado. ¿Dónde andará? ¿Estará vivo? ¿Pasará hambre su muchacho? Son las eternas preguntas que le dan impulso a sus aciagos días. Algunas vecinas le han dicho que lo han visto vagando por el centro, otras, juran que lo han visto arriba de un lujoso automóvil. Son tantas y tan disímiles las versiones que ella prefiere no creer nada. Sólo aguarda a que un día cualquiera aparezca su Alexito y le diga que no pasa nada, que ya está de vuelta. Entonces, ella se podrá morir tranquila. Antes no.

El Mantecoso camina agazapado, otra bicicleta es impulsada por su mano derecha. En su bolsillo se abultan, un par de lentes de marca, un reproductor de MP4 y un fajo de billetes. En ese mismo bolsillo, lleva una gargantilla de plata, envuelta en papel de regalo. No recuerda bien el camino, hace mucho que se fue de esos lugares. Pero quiere regresar, es necesario que lo haga. La bicicleta, el reproductor y los lentes son suyos, adquiridos con su dinero. Dinero ganado en buena lid, el mismo que lleva en su bolsillo para resarcir en parte la deuda que tiene con aquella. Le regalará esa cadena de plata y la besará y le pedirá perdón por todo el daño ocasionado.

Las últimas palabras que pronunció doña Agustina fueron entrecortadas, casi inaudibles. El corro de viejas que acompañaba a la agonizante anciana, nunca se puso de acuerdo sobre su contenido.
Aún así, dicen que se escuchó claro el nombre de Alexito y una plegaria para que Dios encaminara sus pasos por el buen sendero. La vida está repleta de paradojas. Alexis, el Mantecoso o el Huiro y otros tantos sobrenombres que jalonan su regordeta humanidad, camina más erguido que nunca con destino a la casa de su madre. Sólo que ella ya no estará aguardándolo y acaso, es posible, que sólo su espíritu haya decidido agazaparse en las sombras para participar del retorno de aquel hijo pródigo...



















Texto agregado el 10-06-2008, y leído por 367 visitantes. (6 votos)


Lectores Opinan
22-06-2008 Ayy Gui, tenés tanta facilidad para lo alegre como para lo triste. Me emocionó este escrito por el contenido social que tiene y el familiar. Un beso y mis estrellas. Magda gmmagdalena
12-06-2008 una cruda muestra de la realidad que nos circunda. Hay muchos como él, con historias que tú no has inventado, las reflejas. anemona_
11-06-2008 Edito. Historia. Un abrazo. kasiquenoquiero
11-06-2008 Bien... no esta nada mal. Quizas, se podria profundizar más. Ya que tu histria da para mucho más. Un abrazo. kasiquenoquiero
10-06-2008 sinceramente, es un gran escrito, y se merece mis cinco stars!, sigue asi de bueno, de imaginativo y creativo..., suerte... ivancamella
Ver todos los comentarios...
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]