Cortas y recortas las miradas, los apuntes,
caigo débil en el horizonte
las miradas son como huellas
pero duelen los golpes
y las columnas esta vez
no caerán.

Cuánto me quieres que me traicionas
me dejas sin fuerza cuando te antoja
me haces un nudo en la espalda
atas mi corazón a los remansos
los ríos calmos que guardan muertos
la luz de las tinieblas tan profundas...

Todo somos menos las distancias
no salvamos nada, ni escondemos la mano,
sólo mostraste la piedra
he ahí el dolor de nuevo, golpe,
hechizo y desgracia, pobreza de ánimo,
será el vino que me ha hecho caer
y olvidar los votos
todo por amores falsos como tus dioses...

Y no me vayas a rogar después
un beso en la penumbra;
no sirve de nada retroceder,
eres parte de mi alma...
empero
me vas helando la sangre
en cada sonrisa de traición.