16. EL ORIGEN DE LOS DIOSES
Estaba ya oscureciendo cuando llegaron, el bosque aún no se había cubierto de tinieblas, pero podía entreverse el gran laberinto de sus caminos que aún a la luz del día era aterrador. Se adentraron en él, y tras media hora de camino perdieron la vista. Consiguieron no separarse gracias a la luz que emitía la lámpara que Regeos les había dado, pero ésta era una luz extraña pues no alumbraba alrededor, si no que ella misma relucía haciendo que por muy cerca que se pusiese algo quedaba en penumbra.
- Abramos el farol, ¡ya no veo nada! - dijo María, y Miranda abrió la puertilla del farol y como si de una señal se tratase y le dieran respuestas, de cada árbol comenzaron a aparecer luces como si fueran frutos del propio árbol, pero tampoco era una luz que iluminaba, era la propia luz la que brillaba haciendo que no vieran absolutamente nada más que la gran belleza del bosque en medio de esa oscuridad
- ¿Te das cuenta de que somos las primeras personas desde hace milenios que contemplamos de esta manera el bosque? - dijo Miranda hipnotizada por la belleza del paisaje
- Sí, pero esto no nos ayuda. ¡Salvo las esferas brillantes no se ve nada! - dijo María, y entonces admirando las esferas chocó contra Miranda e hizo que el faro se cayese al suelo y se rompiese en pedazos. De pronto, las luces de los árboles cayeron de golpe haciendo un gran estruendo vidrioso, y ante el temor de ambas jóvenes, la luz que cayó al suelo se fue propagando por el suelo siguiendo un único camino. Tras un tiempo en el que el camino quedó iluminado de principio a fin, la luz del camino empezó a iluminar el bosque, haciéndolo el bosque más hermoso del lugar
- Solo los dioses podrían haber hecho esto... - dijo Miranda sin salir de su asombro
- Pues por lo que veo nos han dado una dirección a seguir. Al menos ya no estamos perdidas - dijo María. Continuaron por aquel bosque, pasando entre ruinas de piedra escritas en la lengua de los dioses, árboles que parecían moverse, o lo hacían de verdad, y multitud de lugares que jamás un humano esperaría encontrar en su propio mundo
- ¿Has oído hablar de que cuando alguien acostumbrado a ver se queda sin vista, tiende a tener ilusiones y ver cosas que no son reales? - dijo Miranda
- ¿Cómo en un sueño?
- Más o menos, ¿tú crees que este será el caso?
- No sé, pero no creo que si mi mente pudiera crear mis visiones eligiera crear tales montones de piedra y árboles - dijo María
- Tampoco yo lo creo... - dijo Miranda.
Tras varios días caminando por el largo camino, se encontraron con su fin, una gran cordillera, precisamente la que bordeaba todas las tierras conocidas. Los Muros del Fin se alzaban ante ellas sin paso alguno, solamente una inscripción ocupaba el lugar donde acababa el camino “Tú que te crees capacitado para ser aquel que todo lo maneja a su antojo, que con todo y con todos puede, tú que quieres ser superior al hombre y al desorden impuesto en tu mundo, tú serás el portador del gran poder, y a ti, TE DARÉ TODO MI RESPETO PESE A TU HUMANO EGOISMO, TE ADVIERTO, CON GENTILES PALABRAS QUE ESCAPES, QUE ESCAPES EFÍMERAMENTE, Y QUE POR MUY OSADO QUE SEAS NO REGRESES, PUES TODO LO QUE HAS DE ENCONTRAR AQUÍ ES SUFICIENTE PARA MATAR A UN HUMANO PUES POR MÍ ESTA CREADO, PERO SI TODAVÍA DESEAS ENTRAR, ES TU ELECCIÓN...”
- ¿Qué quiere decir? - dijo María
- Parece que Regeos nos ha cifrado la entrada en ese enigma escrito en grandes letras - dijo Miranda
- ¿Y cómo tenemos que descifrarla? - dijo María
- Hay varios métodos, pero no se me ocurre que ninguno se pueda utilizar... - dijo Miranda
- ¡Ya lo tengo! - dijo María casi enseguida
- ¿Tú? ¿Y qué es lo que nos mostrará la puerta? - dijo irónicamente Miranda, sorprendida al ver la rapidez con la que María creía haber resuelto el enigma puesto por Regeos
- Es un método que conocemos desde pequeñas las Jurásikas. Mira, en estos enigmas la respuesta viene incluida en la pregunta...
- Entonces bastaría con leer el enigma en voz alta para que se abriese la puerta… - dijo reprochándole su teoría a María
- ¿Olvidas que no es un enigma cualquiera? ¿Te crees que una puerta creada por el mismo Regeos no va a saber diferenciar la palabra de respuesta de cualquier otra palabra? - dijo María
- Tienes razón, sigue...
- Entonces, quitemos aquellas palabras que no sean importantes - dijo María
- Nos quedaría: DARÉ RESPETO HUMANO EGOISMO ADVIERTO GENTILES PALABRAS ESCAPES ESCAPES EFÍMERAMENTE OSADO REGRESES TODO HACER AQUÍ SUFICIENTE MATAR HUMANO CREADO TODAVÍA DESEAS ENTRAR ELECCIÓN... - dijo Miranda intentando descifrar el enigma
- Bien, ahora quita la frase del final, que solo es el final del acertijo, y fíjate en las palabras... - dijo María dándole las instrucciones a Miranda para resolverlo
- Se repite humano 2 veces… ¡Y también escapes! -dijo Miranda contenta pensando que estaba próxima al fin
- Bien, pues ahora elimínalas y mira lo que queda
- ¿Por qué quitarlas? Si se hace más incapié en ellas
- Por eso mismo, y porque ya son 2 las palabras en las que hace hincapié - dijo María
- Entonces...: Daré Respeto, Egoísmo, Advierto, Gentiles, Palabras, Efímeramente, Osado, Regreses, Todo, Hacer, Aquí, Suficiente, Matar... - dijo Miranda
- Quita los verbos, son simples acciones que enlazan la palabras claves del enigma... - dijo María
- Respeto, Egoísmo, Gentiles, Palabras, Efímeramente, Osado, Todo, Aquí, Suficiente
- Ahora, todo lo que creas que no aporta gran información quítalo
- Respeto, Egoísmo, Gentiles, Palabras, Efímeramente, Osado - dijo Miranda
- Y te falta Suficiente... – dijo María - Ahora, de las dos únicas palabras que iban juntas, gentiles palabras, quita el sustantivo. Aunque ya supongo que te habrás percatado de cuál es la palabra clave...
- Respeto, Egoísmo, Gentiles, Efímeramente, Osado, y Suficiente.... R, E, G, E, O, S ¡Regeos! - dijo al fin Miranda. De repente, en la gran montaña que había sobre ellas, se empezó a marcar una puerta muy poco espectacular en comparación a las maravillas arquitectónicas que estaban acostumbradas a ver y que más tarde se abrió hacia atrás.
- ¿Como sabes tanto de acertijos? - dijo Miranda
- Ya te lo dije, este tipo de acertijos es muy conocido en mis tribus - dijo María, y en ese momento entraron en la gran sala del interior. Estaba muy en penumbra, y solo un par de llamas blancas sobre un candelabro decoraban el habitáculo. A simple vista no era más que una vulgar cueva, pero cuando los ojos se acostumbraban a la oscuridad, las paredes se mostraban completamente lisas, y se entreveían unos pilares que parecían de origen natural y pulidos para sostener la montaña. Lo que al principio le parecieron deformidades de la sala, se convertían en relieves hermosos que escenificaban a Heaven en la creación de cada dios. En la siguiente puerta, que en realidad no era más que una apertura más, había una inscripción legible únicamente por su proximidad al candelabro “No podrás pasar”. María leyéndolo y no tomándolo enserio se dispuso a atravesar la puerta, pero cuando estuvo los suficientemente cerca, con un parpadear la puerta aparecía cerrada
- ¿Por qué no pasas? - dijo desde lejos Miranda
- ¿No ves que se ha cerrado la puerta? - dijo María
- ¡Yo la veo bien abierta! - dijo Miranda, y María, pensando que ya sabía cual era el truco de ese enigma intentó atravesarla. Efectivamente estaba cerrada, chocó contra el muro de piedra que ella estaba viendo. Pasaron más de dos días en esa habitación intentando avanzar por ella. Era un lugar mágico, no tenían hambre, ni sueño, no necesitaban nada para vivir más de lo que tenían allí.
- ¿Que significan todos esos relieves? - dijo María
- ¿No conoces el origen de los dioses? - dijo asombrada Miranda
- Sabes que la religión en mi cultura está muy limitada por las sacerdotisas de Minina
- Dice la historia, que cuando Heaven despertó lo primero que vio fue el cosmos, y se asombró de su belleza, pero su desorden le parecía que afectaba a toda su hermosura. Y como diosa de la belleza, creó al dios que debía dar un orden a todo. Del propio desorden nació Alkán, el dios que luego se convertiría en el guardián de todos los mundos, pero todos esos mundos parecían desobedecer a cualquiera, incluso a Alkán. Les había dado un orden pero no había sido capaz de domesticarlos para que así permanecieran, así que Heaven cogió un puñado de polvo y de él creó al dios del poder y la avaricia, Bakal, que con su miedo y terror controló todo el cosmos. Entonces Heaven, al ver el temible dios que había creado y el terror y devastación que éste estaba causando en su cosmos, derramó una lágrima, de la cual nació Sabrina, la diosa del agua. Cuando el cosmos hubo sido calmado del temor de Bakal con las aguas de Sabrina, Heaven deseó que todos aquellos mundos llegaran a ser perfectos, por lo ésta creó a Hermione, la diosa que lucharía por la perfección fuera cual fuera su precio.
“Entonces, pasaron miles y miles de años, y la maldad de Bakal corrompió el corazón de Hermione con avaras palabras “Tú luchas por la perfección, y ¿qué es la perfección? la idea que tú tienes de perfección no es la misma que la mía, es la que Heaven te ha impuesto. Pues entonces ¿cuál es la perfección que debes lograr alcanzar? ¿La suya y hacernos sufrir a mí y a los que como yo piensan? ¿o la mía que tampoco es la correcta? ¿Por qué no dejas que sean otros los que lo decidan? haz que lo que unos decidan sea lo vencedor, y a los que no lo crean, cámbiales su opinión. Sea cual sea el precio, ¿recuerdas? Para lograr la perfección, primero has de hacer que todos tengan los mismos ideales de perfección. Utiliza tu poder para algo que REALMENTE se pueda alcanzar. Además, cuando alcances la perfección para el cosmos, ¿cuál será tu función? Serás una diosa sin nada que hacer. Sin motivos por los que vivir, ni por lo que otros quieran que vivas. Yo mismo querría la muerte para ti si no tuvieses oficio alguno, pero igual que la querría para cualquier otro...” dijo Bakal, y así Hermione pasó de ser la diosa de la perfección a la temible diosa de la guerra que enfrentaría opiniones y haría que se luchara por defenderlas.
“El tiempo pasó más todavía, y la presión hizo a Heaven tomar una decisión, necesitaba un gran poder para alcanzar aquello que Hermione había cesado de hacer, por ello debía crear algo tan poderoso que hiciera que todo aquello cambiara y creó el amor. Secándose la cara de lágrimas se sometió ella misma a experimentar con él, enamorándose de aquel dios que le daría todo aquel poder que necesitaba. Heaven y Bakal se casaron. Solo resultó una unión creada con falsos sentimientos, pues Bakal solo se casó porque pensó que podría así manipular a la diosa suprema. Así del frío que sentían sus corazones el uno al otro, nació el dios del hielo, Waty. Al cabo de un tiempo, el sentimiento creado por Heaven, invadió los corazones de Sabrina y de Waty, que año tras año congelaba el agua de sus charcas. Entonces Heaven, viendo el buen resultado que había tenido ese poder sobre Sabrina y Waty, se propuso controlarlo y se convirtió en diosa del amor aparte de diosa de la belleza. Sabrina y Waty tuvieron una hija, Úrsula, la diosa de las burbujas, y de este nacimiento por amor y de la fertilidad de Sabrina nació la diosa de los bosques, Diana, que lo llenó todo de verde. Gracias a la vegetación se pudo crear nueva vida a partir del poder de los dioses, pero esa es otra historia. El caso es que Diana se enamoró de Cristal, y la convirtió en la diosa del viento, que mecía las hojas de sus árboles. De esta unión nacieron Rosa, la diosa de las flores y Dulcinea, la diosa de los frutos y de todo lo dulce.
Los dioses y los otros seres que entonces poblaban aquel mundo, vivían como les placía. Los dioses mataban porque sí, y los humanos enojaban a los dioses sin importarles sus represalias, así que Heaven creó del desorden de la vida a Elhené, la diosa del destino y del Apocalipsis, que infundió un profundo respeto por parte de todos. Ese mismo día se empezó a escribir el libro del destino. Cada ser viviente tenía su destino escrito en él. Así separó a los seres vivos de los dioses, de manera que los dioses pudieran ir donde estaban los humanos, pero éstos no pudieran ir donde los dioses. Hizo que los dioses la temieran, pues podía arrebatar la inmortalidad, los poderes, la forma, el ser, podía dejarte sin nada, era sin duda la diosa más perfecta creada hasta ahora por Heaven. Elhené se enamoró de Alkán, aunque debido a sus obligaciones no podían consolidar su amor. Entonces Heaven miró a los mundos, y los vio todos poblados de árboles, plantas, flores, ríos, lagos, ciudades de piedra, altas montañas y tuvo un nuevo sentimiento desconocido hasta ahora: la felicidad. Y en lugar de intentar adueñarse de él, se sentía tan sumamente satisfecha que no necesitaba más de lo que tenía, así que creó a una nueva diosa para ese poder: Irhinia.
“Cuando el mundo ya estuvo creado, Heaven tuvo a dos hijas con la esperanza de aumentar su poder, Minina y Unipuma, de las que poco se puede decir que no se sepa. Entonces, Heaven pasó mucho tiempo sin descubrir nada que le pudiera ayudar a lograr la perfección. Una mañana cualquiera, Heaven, vio lo que nunca había esperado ver, sin que nadie lo creara: había nacido un nuevo dios, Regeos, nacido del primer pensamiento humano, aunque en realidad ya había nacido mucho tiempo antes de que ella se percatara de su existencia. Entonces, la coraza de hielo con la que Heaven se cubrió el corazón, se convirtió en fuego. De ese fuego, sin que Heaven apenas se percatase de lo que hacía, creó a Fénix, el dios del fuego, que se enamoró de Hermione. Este amor hizo que Fénix, tuviera que convertirse también al mal de Hermione. Regeos por su parte, de la verdadera amistad que mantuvo con Heaven, pues antes que el amor llega la amistad, nació Titania, la diosa de la amistad, que, por no ser fruto de Heaven sino de un ser independiente, ni se decantó por el bando del mal ni por el del bien, simplemente iba manteniendo su fuerte amistad con Regeos y Heaven sin que estos influyeran en su manera de pensar.
Miranda concluyó su mito y miró las paredes de la cueva, y vio el primer pensamiento de los hombres escenificado en una alegoría que solo se puede representar como allí lo había sido. De pronto miró de nuevo a la puerta, esta vez estaba abierta, pero cuando María intentó atravesarla se le cerró a sus ojos
- ¿De verdad crees que podremos pasar? dijo María
- Esta puerta es muy extraña, y la advertencia No podrás pasar cada vez me parece más creíble - dijo Miranda
- Pero el caso es que sí se puede pasar, si no ¿por qué molestarse en hacer puertas?
- Quizás no es que no se pueda pasar, sino que nosotras no podemos pasar... - dijo Miranda
- Pero si le pedimos ayuda a Regeos... - dijo María, y se paró al ver la cara de incredulidad de Miranda - Es verdad, no podemos pasar, ¿tú nos ves a alguna de las dos controlando el tiempo? ¿Algo que ni siquiera los dioses pueden controlar? No podemos pasar, esa es la verdadera respuesta al enigma de la puerta. Está abierta, pero si aquellos que la intentan pasar no son merecedores del poder que esa puerta esconde, se cerrará y no les dejará pasar, eso es todo. Nosotras no somos merecedoras, y por mucho tiempo que aquí estemos no podremos entrar, ese poder está reservado para una única persona o quizá a ninguna.
- Lo mejor será marcharnos y no buscar nuestra utopía y afrontar el caos que nos espera. – dijo Miranda Ya hemos comenzado, y en el intento hemos perdido a mucha gente, entre ellos a nuestros más queridos. No nos podemos echar ahora atrás, afrontemos nuestros problemas humanamente y no recemos ni intentemos resolver con poderes divinos los problemas que sin ellos se iniciaron...
Miranda se levantó y salió de la cueva, María miró una última vez a la puerta que ahora estando abierta, parecía menos dispuesta a cerrarse que nunca, pero comprendió que no podría pasar nunca. Cuando las dos estuvieron fuera, de la roca surgieron las estatuas de dos perros que, cobrando vida cerraron la puerta tras ellas. Y de la puerta, la efigie de otro perro salió y comenzó a hablarles
- ¿Habéis renunciado del todo al gran poder? - dijo la efigie, que poco a poco se fue transformando en la de Regeos
- Sí, ya hemos descifrado tus complicados enigmas lo suficientemente bien como para saber que no estábamos destin...destinadas... - dijo Miranda
- Exacto, lo habéis descifrado todo penosamente. Utilizando un método muy ordinario María ha conseguido descifrar la apertura de la primera puerta, pero ¿quién dijo que sería difícil? Y en cuanto a la segunda puerta me habéis decepcionado, ¿hacía falta mi presencia para que os dierais cuenta de que no tenéis destino que os condicione para entrar? Era todo mucho más sencillo que eso, un niño podría haber entrado sencillamente, pues no era cuestión de inteligencia, si no de fe. No de fe en mi, pues aunque por lo general sí que diga siempre la verdad, a veces me equivoco; pero sí fe a los escritos. Hay que creer todo lo que uno lee hasta que lo que lee contradiga lo que le hizo creer
- ¿Cómo? - dijo María
- Claro, tú no lo has entendido ni explicándotelo, te lo explicaré mejor: Sólo aquel que se creyera fielmente que no podía pasar aunque viera la puerta abierta, podría pasar. Aunque el simple hecho de intentarlo hace que desconfíes de lo leído, aunque creerlo te haya llevado hasta allí - dijo Regeos
- Pero, si lo he entendido bien ¡entrar allí es muy sencillo! - dijo Miranda
- Mmmm atravesar la puerta es muy sencillo. – dijo Regeos - A decir verdad, María pudo haberla atravesado al mirarla por última vez y perder las esperanzas de pasar, pero llegar hasta el gran poder no es tan fácil. De verdad, creí que llegaríais al menos a la cuarta sala del templo
- ¿Había más salas? - dijo Miranda
- No habéis recorrido ni el 1% de todo el templo, pues es un gran templo, y el más hermoso de todos. Hecho por dioses para divinizar y proteger el gran poder. En él se pueden encontrar las cosas más hermosas del mundo. Solo yo lo he recorrido entero, nadie ha sido capaz de hacerlo hasta ahora, y te digo que allí todos tus conceptos de la realidad son trastornados por completo. Tienes que ser muy fuerte para entrar igual que sales, se trastorna incluso el concepto de amor. En una ocasión, una humana logró atravesar la sala en la que estabais y la siguiente, donde esperaba que vosotras consiguierais llegar. Al llegar, vio una roca, imaginaos si debía ser hermosa la piedra que hizo que, aunque no hablara, se moviera, ni estuviera viva, aquella mujer la prefiriera antes que a los humanos y acabara enamorándose de ella. Murió abrazada a ella
- No me imagino esa roca... - dijo María
- Ya os dije que las cosas que hay allí dentro se escapan de los pensamientos humanos - Dijo Regeos
- Entonces, eso significa que aunque hubiésemos descifrado ese enigma no sería de mucho. Si no nos hubiésemos vuelto locos pensando, nos lo habríamos vuelto con todo lo que allí hay... - dijo Miranda
- Yo no he dicho eso. Es más, a no ser que me tengáis por un loco, aquí estoy yo para probarlo, claro que yo no soy humano - dijo Regeos
- ¿Y por qué no has utilizado el poder que allí se guarda? - preguntó María
- ¿Sería inteligente sacar del templo lo que en él se guarda?
-Sí si se utiliza para una buena causa – contestó María
- ¿Y cuando estuviera fuera? ¿Quién lo protegería de caer en unas malas manos? ¿Yo? ¿Tú? No, no es inteligente. La persona que sea lo suficientemente inteligente como para llegar al poder no lo utilizará. Creo que se podría considerar la última prueba que la protege
- Pero no tienes por qué sacarlo, puedes usarlo allí - dijo María
- No, de todas las cosas que allí hay, por muy capaces de trastornar a cualquiera, ninguna gana al poder. No sería inteligente utilizarlo, pues entonces la codicia se apoderaría de mí, y Bakal con ella, pues cuanto más lo usara, más fuerte sería él sobre mí. No...Por favor, no discutamos más. No tenéis nada que hacer con mis asuntos
- Entonces, si tan importante es librar el poder de las malas manos. Qué impediría que alguien que haya conseguido traspasar la primera puerta, como nosotras, por ejemplo, se lo comunique a otras personas... - dijo María
- En vuestro caso, nada os lo impediría, pero confío en que no lo hagáis. En los demás casos, el destino no son sólo un conjunto de bonitas palabras, son las limitaciones de cada ser viviente. Te aseguro que nadie podría oír hablar de este templo si no es por algún dios o, desde ahora, por vosotras - dijo Regeos, y sin avisar como tenían los dioses por costumbre, desapareció en la pared.
- ¿Y ahora donde vamos? - dijo Miranda
- Tú lo dijiste, deshagamos lo hecho nosotras mismas
- Entonces deberíamos buscar la costa
- Pero, ¿y si el mar hierve cuando estemos allí?
- Eso ya se verá - dijo Miranda
- ¿No sería más conveniente buscar a Dean, que tenía varias teorías sobre...? - dijo María
- No. Ya te lo dije, nosotras hemos creado esta situación y nosotras la solucionaremos
- Bueno, de todos modos debemos regresar a las tribus Nanditas, si está allí quizás nos pueda ayudar - dijo María marchando hacia el bosque que continuaba marcándoles el camino de regreso.
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