es la voz misma
la voz
el traspaso
locos entierros excesivos perfumes cansancio
el insomnio, frecuencia incurable de tres días
la risa de los niños estirarse en el asilo de los techos sin-fin
los frascos y los silencios de muescas recordando los días que no vendrán
ambivalencia circunstancial.

(si no estoy, las pantallas; si te quedas, lo contrario)

es el gesto que emula al vómito del argonauta
las consecuencias del desorden agrietado
el resplandor de las vidrieras
que exhiben la sutileza del occiso al dos por uno
es la manera en que se desplaza el humo en la nave de los nueve lenguajes
la mirada resquebrajándose al borde
de las mil y una noches - diazepam copyright -
el coágulo de un falso profeta floreciendo en la antesala de los porqué
los silencios de piedra
las predicciones de anteayer
la visión de todas las cosas que nunca miramos
de todo lo que abandonamos
de los que se van
los monólogos y las cortadas
corredores de angustias
doble clicks estirados cancelados
ansiedad a las tres de la mañana
mercaderes de aguas estancadas
lluvia express dieciséis excusas aplastadas contra el cenicero
de un media player sin título en los auriculares
saltando en picada a la mexicana.

(si te veo no estoy; si me voy, los insectos)

en ese orden sólo porque sí
recortados contra la respiración
que tiñen los compases y las hamacas
y los calendarios que conforman todo esto
un par de frases sin mucho sentido se van sucediendo
o el reflejo de tantos momentos
e imágenes que pasan.