Dejaste el caos de lado,y decidiste resignarte a lo que tu propio pasado eligió llamar como Destino.
Permitiste ser llevado por las influencias,y en instantes...tus emociones adueñáronse de ti mismo.
Fluyó lo que nunca conociste con palabras,y rápidamente se hizo tuyo lo que vuestro Dios siempre supo.
Sin preguntas ni respuestas te hiciste cargo de lo que quizás la vida nunca eligió enterarse...sembraste...sí,sembraste semillas de miedo que humedecidas en agua turbia,cosecharon el más grande amor que yo conocí.
Ingenuamente y sin prejuicios,olvidaste pensar si es demasiado bueno para ser verdad...pero sin dudas,tampoco recordaste lo mucho que te ama esa Deidad en la que crees.

La vida estuvo de tu parte ésta vez,y del camino recorrido...hasta las huellas huyeron buscando paz.