Agosto 26 de 1870 Monforte de Moyuela. Es una de las tantas noches de invierno merecedoras de una majestuosa lluvia la cual desciende incesante por los callejones de Moyuela, convertida en una sinfonía musical q se dispone a interpretar melodías frías y distantes con cada cambio de estación. Allí, en una de esas pequeñas casas, construidas en concreto y una cuantas tejas, se encontraban dos enardecidos amantes en un éxtasis inmaculado q mutaba sus almas y sus cuerpos por primera vez, desencadenando una hoguera q los hacia pasar desapercibidos en medio de la imponente lluvia q caía esa noche, sin embargo para ellos no existía en ese momento nada mas q el fervor de sus besos y sus caricias y hasta el mas minúsculo viento no tenia lugar en aquella habitación gobernada por el amor y una pasión desenfrenada, consumada hasta clímax.
Años mas tarde y como si hubiese sido profetizado nuevamente llovía, pero esta vez con mas ímpetu, era algo infernal una borrasca perturbadora y tenebrosa q en cada relámpago exclamaba la amargura de su llanto, el cielo se hallaba acongojado por la presencia de la fría muerte, ese ser extraño y cadavérico q sin compasión alguna cargaba con las almas del q se le antojase… inesperadamente toco a la puerta de aquellos amantes q en esta ocasión no disfrutaban de su amor, no, ya no, ya no se oían las sonrisas de aquella noche cuando se amaron, nada mas se escuchaba el silencio estremecedor en cada rincón del lugar, solo existía la oscuridad y la carcajada jactanciosa de la muerte, había llegado por ella, por ella solamente, sin embargo, él, viendo a su dulce amada ya sin vida y con un dolor insoportable q le carcomía el alma, ya no vio sentido por el cual seguir en pie y rogándole a la muerte cual creyente ruega a Dios, pidió estar con su amada aunque aun no llegase su hora y la muerte con su lánguido semblante acepto inmediata su propuesta dejándolo caer en el sueño eterno para reencontrarse con ella.
Y así llego el final de estos dos protagonistas q en una noche de tormenta en la q la lluvia lloro su ausencia siguieron amándose mas allá de la muerte…
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