Miraba yo hacia una hermosa puesta de sol, estaba tan concentrado en ese espectáculo, que no repare en una niña que jugaba al lado mío.
Ella levanto la vista y me sonrió tiernamente, en ese momento me acorde de mi nieta y de mi hija, ambas mi adoración.
La niña volvió a sonreír y entonces me acorde de mi madre y me sentí envuelto entre brumas de dulces recuerdos y amargas ausencias.
La niña pareciera que me leía el pensamiento, pues cada sonrisa de ella me producía sensaciones, recuerdos, alegrías y sin numero de emociones.
No pude más y le pregunté ¿Quien eres tú?
Ella me vio detenidamente y sonriendo nuevamente me dijo.
--Un ángel
No pude evitar sonreír, pero mi mueca de incredulidad se congelo al notar que la sonrisa de la niña desaparecía y realmente me sentí apenado de mi actitud.
Ella al notar mi desconcierto, sonrió comprensiva y con ello me devolvió la tranquilidad
Y tratando de continuar con el dialogo, que torpemente interrumpí momentos antes por mi falta de sensibilidad
Claro que debes ser un ángel con esa sonrisa y esos hermosos ojos.
--No te apenes por no creer lo que te respondí, dijo sonriendo, pero ahora note cierta burla infantil en su sonrisa.
Si te creo, trate de afirmar, pero ella me interrumpió.
--Los ángeles entendemos que no crean en nosotros, también entendemos qué pese a que todos los días cuidamos de ustedes, ustedes no acepten nuestra existencia.
Es decir que ..
--Por favor escúchame ahora tú, me pido en tono suave y dulce pero firme a la vez.
-- Yo te estado cuidando desde el momento que naciste, pero en realidad mi misión empezó oficialmente a petición de tu madre.
¿Mi madre?
--Si ella al verte en la cuna sintió tanto ternura como miedo al verte tan indefenso y dependiente de ella, por lo mismo musito suavemente ángel de mi guardia dulce compañía no lo desampares ni de noche ni de día, y te diré que no existe una fuerza mayor de Dios que la oración de una madre.
Y eso basto para que efectivamente recordara esa plegaría en la voz de mi madre
--Ahora se te permitió verme, por lo que pensabas hace unos momentos al ver ocultarse al sol.
Me sorprendió tanto que no supe que contestar, sin embargo algo me hizo recordar lo que yo pensaba en esos momentos anteriores, que siendo honesto era mas una pregunta a mi mismo.
--Si tú te preguntabas si cuando estaba muriendo el día había valido la pena todo lo vivido, pero realmente más que el día, tú pregunta era si había valido la pena tu vida.
Guarde silencio, un silencio lleno de melancolía.
--¿Deseas que te conteste?
Claro, dije aceptando de inmediato
--¿Contestarías unas preguntas? que a su vez te darán las respuestas que quieres.
Si afirme.
-- Mi primera pregunta ¿has amado a Dios?
No supe nunca como hacerlo, te lo juro nunca entendí eso de amar a Dios, creo en él, pero nunca supe como amarlo, ¿Es malo eso? pregunte angustiado.
--Si lo amaste y te diré como lo has hecho sin que te dieras cuenta concientemente, cuando besas a tus nietos, cuando miras con amor a tus hijos, ellos son parte de Dios, por lo tanto con eso estas cumpliendo con ello.
Me quede sorprendido, efectivamente bajo ese concepto yo he amado a Dios, sin más complicaciones que dejarme llevar por mis sentimientos.
-- Además te dire..
Ahora fui yo quien la interrumpió, no necesito saber más, estoy seguro de que mi vida valió la pena, pues he comprendido que con una sola frase me has hecho comprender todo; he amado, ¿Necesito saber más?
La niña solo sonrió.
.Cuando subí mi ultimo cuento recibí un regaño de alguien que quiero y estimo mucho, mi amiga AMIRA ACOSTA (avefenixazul) quien me reclamó mi falta de romanticismo y pues viniendo de ella me sentí dos veces apenado, por lo mismo ahora le dedico este pequeño cuento a SAMANHTA Y STEFANO pues al dedicárselos a ellos, también se lo dedico a ella
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