He arrugado la gran página blanca que cubre del frío lo no inventado,
apoyando mi columna en sus fracturas limpias,
habitando luz por un tiempo indeterminado…
Siglos fueron para mis vecinos, y el reloj se puso muy lento, mi cuerpo en su sitio
… huesos repuestos.
Murió la civilización, y los cerros dejaban de serlo,
todo quemado, se ha ido…
y un silencio sin fuego… ha expulsado la voz del viento.
Todo ha desaparecido…
Todos han desaparecido…
Y sin pensarlo pude haber sido yo,
el cuerpo abierto, postrado, árido
… no muerto
Quien se apago en un fulgor de despido,
dejándole su sombra al universo.
Y me mantuve quieto sobre este suelo, extenso…blanco.
Un intacto yo, y un despierto nadie, tocando el cielo, tratando de quebrarlo.
…trizando poco a poco ese cristal negro, que cada noche se posaba frágilmente al borde del colapso…
Yo, ciego desde entonces, he podido soportarlo.
Y mis espasmos se han vuelto gritos suaves, brotes de mi lapso, naciendo eternos como vientos sin autor
…gestos sin descanso.
Un sinfín de fragmentos en caída,
Y un futuro de creaciones…polvo de palabras.
Cielo roto, y vidrios para un puente, armando edificios sin habitaciones, espacio para quienes huyeron… ausentes
Son vacilaciones de mi lengua con forma de cabeza, silenciosos silbidos que musicalizan la bajeza.
Todo esto, suciamente construyó mi paisaje, censurado en colores y naturaleza.
En ese momento me di cuenta que el infierno se encontraba un nivel mas arriba de lo cierto, desolado, tranquilo… inmenso
Lo habité, y pinte muy claro lo que se encontraba desierto, mi cuerpo…
Paleta de colores era su nombre,
arma que podía lavar el suelo por completo, demolerlo, arma que amarrada a mi mano,
bañaría de vestimentas los desnudos frutos del subsuelo… eterno
Vida de escombros lisos, y un horizonte que invalido se recuesta para no alzar la vista, despachando mis ganas de ver, borrando sutilmente los avisos.
Ni un solo rastro de asesinato, ni marcajes de suceso.
Limpio, clínicamente invicto.
Y me puse de pié… puede haber sido mucho el tiempo, pero era mi cuento, y si todo fuese un libro, le arrancaría las tapas para dejarlo abierto.
Realmente no había nada, ni volúmenes que hicieran una cara, planos alineados en un mismo contorno…
• borrosos • sin aliento.
Salpiqué mis partes, trizándome como insecto tieso, y de cada trozo salió un arbusto.
Mis manos tiritaban y pedían avanzar en este espacio muerto, recoger la tierra, abrirla para generar descubrimientos.
… y nuevamente nada, todo estaba desierto.
Debía aprender a jugar en este vacío, pasión de mis amores… final sin letras…
Mi contexto era un cúmulo de invitaciones por abrir…
y acababa de darme cuenta de eso…
Hoja en blanco, última hoja… primera página.
Partí por extraer inmensos acéfalos que desplegaban su cuerpo como inofensivos bailarines del aire,
hijos de mi carne…
Eran los segundos habitantes, sin voz ni avance, manadas en retroceso, la muerte del cauce…
¡Expulsión de mis pensamientos! huye hacia este desierto… no pienses en regresar… no me mires…
¡Avancen!, piérdanse para no verlos más
…y si nos reencontramos, será cuando les recuerde entre los demás, por ahora no hay más, ni menos que hacer.
…huí para siempre…
Y cavé túneles pulidos para resbalar y viajar en silencio, descendiendo sin dar pistas, deslizando mi estructura subterráneamente por parajes sin sol.
Por muchos años estos circuitos han sido mi morada, ahora su cuerpo tiene mi pellejo y largos surcos como pasajes rellenan los interiores del terreno como una tripa desatada.
He poblado el submundo de formas sólidas y removedores de oxígeno. Sus bailes ventilarán las partículas quietas del sitio que nadie nota,
y podrá haber vida, semillas que brotan.
…mi trabajo ya esta hecho…no he bajado para siempre…saldré y veré nuevamente…
Ha pasado mucho tiempo… quizás un milenio,
palabras para el destiempo.
Sigo viajando y no sé donde iré a caer, donde creceré al salir…
Puede que todo siga igual…o haya mucho de más…
quizás
Mi reloj se encuentra roto… y prefiero verlo en aquellas condiciones… condición de mi existencia.
…decidí brotar, donde fuese que cayera
Podría darme más tiempo, pero me da lo mismo en esta eternidad vestida de amplia condena… he perdido las ansias…
Este es el momento que he decidido para salir y ver nuevamente los excesos... blanquecinos por defecto…
todo estaba vacío como antes
Intacto como antes
Motivo para crear en este extenso terreno fértil, lanzando miradas sin contorno para volverlas semilla de nuevas apariciones, emanaciones de mis pensamientos.
Me alejé de la tierra para hacerla avanzar, escuchando sigilosamente como las raíces caminaban para estructurar el cuerpo inteligente de edificios al natural…plantas de este poblar.
Y todo comenzó a revestirse de pelaje, colores y desencajes… floreciendo en alto contrastes.
Mundo roto, trizado…
es momento de que aparezcas
volviéndote un blanco fondo repleto de negros habitantes, manchas que te hacen ver.
Mundo encandilante…
tienes un claro dentro de tu eterno claro.
Un día deseando alimentarme, mis movimientos diseñaron brotes que apareciendo de las nubes caían cosechándose, así gocé de sabores confundibles, gustos inciertos.
El aire estancado me hablaba de ausencias, y el movimiento quedaba de lado en esta zona abandonada por terceros, segundos y no primeros…
Sin esperar minutos le di pulso a la tierra… y zonas abultadas, pequeños montes, jugaban en sintonía… ritmos disparejos elevaban insectos que habitaban los recovecos, saliendo al instante de mi pensamiento.
Los mares aparecían inmensos por sobre su nivel, tan vivos que el fondo se veía desde lejos
Y hubo mares, sin esfuerzo ni movimientos de creación… se dividió el cielo, objeto sin color, sobreponiéndose como techo de nuevos hemisferios…
En los valles, hundidos por mis intensiones, puse grandes alfombras de suave pelaje, por los que mi cuerpo ondulaba en placeres de músculo, de hueso.
Dulces extensiones de helechos gigantes se humedecían con lluvias y neblinas violeta, eran ilusiones tangibles, donde las bestias que había imaginado recorrían el espacio sin urgir alimento, migrando inmensas distancias en busca de vivos arco iris en crecimiento.
Cuando conseguían encontrarlos, agrupados posaban su transparencia en altas montañas para una lluvia de color, donde las gotas eran bolas, y caían armando montes, absorbiéndose lentamente.
Ya no estaba tan abandonado en este organismo completo, incubadora de mis pensamientos.
Nueva vida daba música a los silencios, realmente estaba solo, pero mis compañías eran eternas sin saberlo.
Un día soleado, salí de mi caverna lentamente, y noté que había un monte en el horizonte, iluminado se alzaba impetuosamente con inmensas hectáreas de vestimenta.
No había cerros en mi horizonte y los únicos semejantes eran pequeños bultos danzantes que daban canto a esta estática y amplia habitación.
Este era un habitante, y miraba sin quemarse hacia los cielos, alimentándose de luces altas, enfoques de este sol… no era mi invento, ni menos un pensamiento
Ser nuevo… ¿haz brotado bajo manos de otro creador?
Mi gran incertidumbre…desesperante…
No lo vi aparecer…
Esto ha sucedido mientras dormía… pues ya ha madurado y para llegar a sólidos estados se necesita el tiempo de sueños máximos…
y esta noche los he visitado…
Alguien se está escondiendo…piensa mi instinto extrañado…
En ese momento solté los controles, y las formas del valle dejaron de moverse. Pude pasearme tranquilamente entre mis bestias mas feroces, recorrer y correr, aparecer por las piedras, nadar en la tierra, huir de mi sombra y verla volver… fueron horas de silencio en este circo de mis creaciones, todos dormidos, vueltos apariciones.
Anestesié esa tarde el mundo que había inventado, y mi planeta dormía para poder avanzar sigiloso, sin tropezarme… gran coreografía… fija…transparente.
Todo aparentemente muerto, todo para ir a verlo, para llegar y posarme en el suelo, contemplando lo que aun no entiendo, desde este pasado histérico, actual, escenario confuso con neblina ante los ojos, capa de mis preguntas.
Surcando las formas viajé haciendo cantos, y la armonía aparecía como brazos desde mi boca, levantando mi cuerpo, separándolo del suelo…
Salté alto, y las distancias mezclaban los colores que abajo se aplanaban en masas confusas de múltiple verdor
… todo dormía.
Mi mente fija en el raro cerro hacía que su entorno desapareciera y grandes estructuras blandas emergieran cubriéndolo todo.
Abajo, las bestias dejaban de avanzar en manada y cada una me seguía hacia el visitante… hipnotizadas.
Ahí estaba…
Y acercándome hice crecer un monte mas menos a poca distancia de él…lentamente con algo de miedo, me senté muy quieto en la cima para ver.
Me encontraba cerca, punto de donde podía oler con ojos ciegos una fuerza que no había descubierto. Limpié las zonas amplias que lo rodeaban, dejando todo el contexto muerto.
Nuevo monte incierto, ahora habitas mi mundo y te doy el poder de edificarte enmarcado como oasis en mi desierto.
Es mi bienvenida, algo distante y tímida, que con fragilidad elimina los conceptos para dejarlo todo a tu entendimiento.
Imaginé, antes de acercarme lo suficiente, que una nueva ciudad era mi encuentro, y que habitantes saldrían en busca de frenar cada uno de mis intentos, cosas violentas, gritos de desprecio.
Pero no… no era ni esto ni eso.
Tales pensamientos solo caben en el cúbico espacio de mi duda, caja que se había quemado cuando todo quedo desierto, y de eso… ya va mucho tiempo.
Y seguías creciendo, superando la altura de mis pocas pendientes imaginadas.
Hectáreas indescifrables, emanaban hojas dispares cada vez mas inmensas. Y no se si llamar flores a aquellos brotes de color que en vez de aromas, evacuaban luces histéricas, que en movimientos autónomos se perdían fluidamente por el espacio.
Yo no controlaba nada,
y para comprobarlo había dejado todo… aparentemente muerto.
Mi mundo se dormía en su imagen…
Pero tú porfiabas, salías de mi punto centro,
y el alcance de mis pensamientos se volvía resbaloso para tu cuerpo.
Monte alado… ¿haz dejado de viajar?
Explícame por qué te has instalado
No entiendo vientos, ni menos silencios.
¿Haz llegado?
Todas mis letras rebotan en tu forma…indiferentemente natural, pero no me afecta, eso si… es raro
Sobretodo porque me igualo, ya que si sin esfuerzos podría llamarte invento, o subconjunto del pensamiento, despreciando tu estado, posible hijo de lo imaginado.
No entregas tu pasado y no cuentas sobre tus parajes, surges… acaeces naturalmente, como tus venas, o como tus simples habitantes.
…naturalmente
Es nuestra diferencia, pues yo permanezco solo, hambriento a veces, aunque tenga océanos de alimento, baños de color y deguste mis pensamientos…
Yo vengo de momentos.
¿Con quien hablo?
Son las deudas que merezco, haberme postrado en la fractura condena mi estadía sin eco ni muertos, todo intacto, limpio como hoja en blanco…
Escenario donde viven mis inventos, espejismos sin peso, hijos nunca despiertos.
Mi recepción es amistosa, y enmarco tu forma como isla dentro de la tierra. Mis cantos de bienvenida son signos de respeto esperando una respuesta, un gesto.
No soy orgulloso, cosa de hombres… pues soy solamente un hombre y no, eso de hombres.
¿Eres?
Pregunta que por mientras yo violento, ahora te la entrego, y me doy cuenta que sigues en silencio… debo cubrirme las espaldas, y mantener los oídos en retaguardia… puede que seas señuelo, carnada interesante, atrayente de colores
Anzuelo de un pensante…
Dudo en acercarme, te veo destellante… criatura cerro, eres habitante…
Si realmente esto es cierto, podría saltar y chocar con tu cuerpo, holograma vertical… pero me acepto…ignorante ante tu aspecto… sospechoso dentro de todos, te vuelves gigante… riesgo.
He decidido acercarme, asumiendo todas las consecuencias de este viaje.
Avanzo plantando un río inmenso, y como barco me abalanzo sobre el líquido en un juego leve de descanso, paseando por árboles que invento, cardúmenes e insectos.
Te agrandas…
y cada vez mas cerca…
…antes de llegar borro mis creaciones recientes, e intento olvidar el camino…
Dos pasos y habré quedado de pie frente a tus estructuras.
…evitando espasmos, vuelvo a caminar… tal como en un principio se hacia para avanzar.
Paisaje en torre, que te empinas como fondo,
recortas el espacio quedando plano, columna de cortezas, muy extraño…
Abro camino
dejando huellas antes de posar los pies,
tierra anticipada,
te acaricio y admiro al estar fuera de mis intensiones
sorpresas y yo sin predicciones.
Tu pelaje es eterno abrigo de pieles vivas, cerro o criatura, edificio sin salida.
No niegas mis pasos,
Trampa… y yo un suicida.
¿Qué serás? Te pregunto mientras me lo digo…
Si respondieras, taparía mis oídos solo para entenderte mejor.
… pierdo el miedo.
Misterio sin cuerpo de tesoro, mapa creado por instantes, torcidas líneas sobre el plano, rutas que no llevan a la parte.
Al escalarte, abro mis manos, dejándome caer sobre tus ramas, rasgando pieles, sangrando sin sangre.
Llegando abajo busco una pala para abrir nuevos escenarios, comprobando si las hojas crecen bajo el prado, floreciendo sin luz, sin estrellas gruesas.
En el aire flotan rocas cubiertas de eso, que no es lo que pienso, imposible en lo que expreso.
Selva de sombras y aroma, con idioma sin gestos en la cara, eres la clave del espionaje más siniestro, donde no caben padres, ni menos palabras por la espalda.
Soy lombriz de tu tierra,
por la que avanzo removiendo zonas,
dejando semillas de mi campo, en cada capa que me corta.
brotes que me reemplazan.
…hijos como regalo
Todos los posibles…ya los hice,
y hablar en presente… fue como regar raíces.
Han crecido, y ha pasado lo que quise…
estrategia de mi mundo…sin peligro de matices,
ya que el tiempo…yo también lo dije.
Trato de avanzar sin quejarme, sin pensar nuevamente, abandonando mis creaciones, mi pasado muerto.
bicharracos cegados en cajitas de invento,
habitaciones para el silencio.
Estamos tu y yo… un visitante y yo…
un inserto… y tu…
te increpo te toco
anfitrión…
eres cerro y yo… un hombre no.
No me creo,
no sé…es…
espejismo de cerca,
aun lo veo, pero no es…
Te acaricio… pero…
¿piel del aire? ¿ves?
¿Que es lo que hay? si es que hay,
solo yo puedo decir, gemir, pues mis ecos son esta cara, que se presenta como espejo del paisaje
y si me miras
verás profundidad de pasados, imaginaciones…
…pero no miras, y no encuentro tu cara, tus ojos. …habitante acéfalo, sin rostro ni semblante.
Me haces creer… que hablo solo… a veces… por ahora… y siempre.
¡No!
¿¡Quien te crees!?
Y no respondes…buena respuesta.
Me sumerges, me vuelves papa, tubérculo,
por lo menos vida… en este pasado que nunca he visto, aunque todos sean mis hijos
¡nunca han existido!
Soy nuevo, en mi mundo antiguo.
No aparezco en la lista, y tú eres el primero, visitante cerro. Que sin hijos, te levantas como ciudad desierta, como pueblo fantasma, esperando fiesta, muerte en grescas… y yo… flujo de otros mares, comparo mi esqueleto, y me abandono en la sorpresa…
Extrañado por compañías, mis sombras insertas.
En este espacio lento, lo único cierto, has sido tu… desierto, vacío gigante… sin verbos, relleno de mis vientos… transparentes colores e inventos.
Me he vuelto viejo, joven de hijos muertos… y veo hacía atrás… abandonando los huesos, sin fósiles ni cuerpos. Hologramas de mi mente, que me acompañaron simulando amores, falseando distancias.
Estoy seco…
Y pienso exclamaciones…
¡Déjame!
¡Quítate!
Pero no puedo…decir
Gritarlo…maldecir
Si realmente nadie, si realmente…
Algún día, si es que existen, si los hay, crearé un recipiente, y haré salir una mano de mi torcida espalda. Con ella agarraré mi mente y seré desechado por un túnel abierto, ciego, sin respiros.
Y lo veras todo, oirás mis gritos, y mi cara estará intacta, quieta, sin arrugas de muerte, ni miedo incipiente… aquel día, si es que los hay, nunca habré caído, no habré muerto.
Aquel día… lo dejaré en tus manos, si es que las hay.
Pero te ruego me pienses… te lo ruego
Y con tu ayuda seré, y moriré de verdad, sintiendo mi olor por primera vez en este engaño de fantasmas, pues te lo pido, te lo ruego, nuevamente, me sepultes,
y agrupes mi forma en aquel recipiente… último estado de mi mente, triste, decepcionada, moviendo en vano mi pasado para hacerlo amable, bello, acompañante.
Pero me voy orgulloso de esta tierra, ya que supe estar en soledad al ser visitado por cataclismos, y habité gritando las hojas en blanco que me impuso el fijo estado de mis ojos.
Yo, el lento cuerpo que quedó como muerto, único vivo, años mas tarde despierto, reventando en color el espacio sin versos.
Donde siempre fueron blancas las sombras, leves de ser, dibujadas de luz….
Gran montaña nueva, habitante incierto, hijo de la nada, eres el primero, el único, cerro de verdores, acompañante genuino, aislada zona natural de la farsa, musgo tangible dentro de mis hologramas, hojas con textura, flores con aroma, fuiste el oasis que lo dijo todo, el que desató verdades.
Me voy, contento y muy claro, después de haberme encandilado con olores y asqueado en mil sabores, he resuelto que todo lo visto…
no han sido mas que mis párpados interiores.
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