Aquí empieza todo. 5:07 a.m. Sin sueño, pero cansada. Escuchando música, ya estudie algo como para decir por lo menos que leí. Así que a delirar…

No veo porque no, porque no entrar en este juego de indecisiones. Todo el tiempo, no se si la vida, no se si el destino o que… pero algo… algo es, me pone a prueba, me hace elegir entre blancos, negros y grises. Tropiezo con mil piedras pero no caigo, siempre aprendo, o quizás alimento esta sed de pensar. Y elegir, ¿Qué es elegir? Yo no elijo, descarto. Es estúpido, pero así es mi realidad, quiero y amo porque es lo que a mi me enseñaron a hacer, dar, dar, dar, sin pedir nada a cambio, pero si busco eso que me gratifica y que me lleva a decir “Todo lo que va, vuelve multiplicado por tres”.
Será que se nota esta necesidad de amar, en donde encuentran las personas mi verdadero yo, son dudas que tengo que creo que no voy a esclarecer. Ahora cuando se presentan los momentos en que tengo que tomar decisiones, es cuando saltan a la vista y a la luz las mil preguntas sin contestar que el mundo y la vida dejaron en mi puerta el día en que nací.
Obsesiva, loca por enloquecer, dueña de afectos interminables y de miradas profundas, tan profundas como un atardecer en el invierno a orillas de un río.
Yo se que estas personas que pasan en mi vida, puede que poco a poco con el “tiempo” se desvanezcan y queden en mi andar como tinta mojada, marcadas en mi hasta lo profundo de mi alma, pero perdidas en fin. Entonces, y ahí vamos otra ves con las preguntas sin respuestas ¿Qué sentido tiene atormentar a mi mente con estas situaciones interminables?, quizás haga a mi persona alguien mejor, y deje una mancha en su corazón, pero yo… mientras tanto, ¿Cómo sigo?. Sin responder…
En reglones anteriores resalte la palabra tiempo con comillas, para hacer notar mi punto de vista sobre el tiempo, algo relativo, importante, pero a la ves tan molesto. Si me molesta el tiempo, que pase tan rápido, que pase tan lento, o simplemente que no pase. ¿Quién me acompaña en ese duelo?
Algunos dicen o piensan, que “allá arriba” hay un Dios, yo lo veo de otra forma. Mi dios es mi conciencia esa voz interior que te guía por el buen camino, te calma en los momentos difíciles y te da aliento para nunca bajar los brazos. Dios es mi familia, mis amistades, mis ángeles, mi alma, mi todo. Creer, todos necesitamos creer en algo, pero en que nadie nos puede decir, ¿Mas que quien? Nuestra conciencia otra vez. Entonces, ¿Estoy en lo correcto? Mmm. Sin responder...
Me llevo veinte minutos escribir esto, no es que me tome el tiempo, pero, ¿Cómo puede ser que en veinte minutos termine divagando y volando en pensamientos o temas tan importantes como “Dios”? ¿En que mente entra todo esto? Evidentemente en la mía.