Los Arboles
Los viejos arboles gustan del silencio, el viento incluso trata de molestarlos con sus juegos en las tardes de verano, pero ellos permanecen inmóviles en sus meditaciones que graban poco a poco en sus hojas.
Los viejos arboles siempre han sido buenos escritores, son apasionados por la literatura arbórea, ellos escriben continuamente, todo el tiempo están escribiendo, son sabios hechos de tiempo quemado, de tiempo extinguido y grabado en su corteza, cada ves que terminan de escribir algo, ellos se arrancan las hojas del tallo y las entregan apresurados al viento para que este lea sus secretos y los susurre fuerte en el silencio. Cuando estas hojas caen a los suelos de los bosques, este se tiñe de tonalidades amarillas, cafés y chocolates, y el tiempo es cristalizado en estos lugares, donde la hojarasca espera pacientemente la visita de algún humano en busca de soledad, en busca de quietud, en busca de silencio, es entonces cuando ellas revientan a carcajadas al tacto de sus pisadas y el tiempo es liberado nuevamente, y en cada estallido, en cada reventar, su muerte por fin es consumada. |