DÍA 1º : Es lunes y me levanto esperanzado por comenzar la aventura de mi pérdida de peso, de hecho, aún no tengo hambre.
Son ya las 12 PM, noto en el estómago un nudo doloroso. Observo como mis compañeros de trabajo toman un aperitivo y mi boca se deshace en agua, un chicle necesito, un chicle...
LLego a casa, son las 15:45 PM, siento mareos por la hambruna, caigo desfallecido en la silla y allí me espera un filete de pollo a la plancha con guarnición de guisantes ¡ Y la mayonesa dónde está!
Me echo en el sofá a descansar, pero extraños ruidos provenientes de mi barriga, no me dejan conciliar el sueño.
Son las 18:00 PM, la merienda, una pieza de fruta, odio la fruta, y la manzana más aún ¡ Quiero un cafetito con magdalenas!
Las 20:30, sufro de temblores en las piernas, casi no consigo moverme, estoy muy preocupado, además los dolores de estómago y la sudoración aumentan.
21:30 ¡ La cena! Caldo de pescada y una tortilla francesa, aunque me repugne, lo devoro literalmente.
22:00 Ya tengo hambre, ante indiscutible hecho decido acostarme, a ver si conciliando el sueño se me va pasando...
22:45 Me levanto y me fumo un porro, desciende la ansiedad...ahora sí cojo el sueñ...
DÍA 2º Es martes, abandono la dieta, definitivamente no era el mejor momento para comenzarla, no sé, ¿tal vez el lunes que viene?
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