Ahora que sé que no estás,
ahora que no sé dónde estás,
te quiero decir cuánto te he querido.
Desde que te conocí fuiste especial,
como un amigo incondicional,
como un ser obscuro, extraño, loco.
Nunca supe que cosas de las que decías eran ciertas
y que cosas eran mentira.
La verdad, no me importaba si me mentías.
Con oir tus historias incoherentes,
tus anécdotas extrañas,
tus consejos ridículos,
me hacías sentir un poco mejor que ahora.
Ahora que estás lejos,
ahora que no te importo,
me gustaría decirte cuánto te quiero aún
después de tanto tiempo.
Ahora que no estas,
creo que yo tampoco estoy realmente.
Las horas sin ti se me han hecho eternas,
miro el reloj atenta a la puerta
esperando que alguien golpee
y que al abrir seas tu otra vez.
Miro por las noches la luna
que se da vueltas y vueltas
ayudándome a buscarte en las calles de la ciudad
como si estubieras perdido.
Pero sabemos que no estas perdido,
estas huyendo de mi,
de mi idiotez, de mi locura,
de mi obscuridad, de mi obsecionante cariño hacia ti.
Ahora que sé que no estás,
me gustaría decirte que te amo. |