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Hoy tuve un wishful thinking

A medida que pasaban los días, todo se incrementaba, se hacía más deseoso el pensamiento y más grande.
Cuando me tomé ese café y esas tostadas de pan añejo con mantequilla, creí sentirme más aliviado, luego comprendí que los efectos venían por partida doble.

Me bajé de la micro, crucé y ya estaba en esa habitación 4x4 en espera de que se revelara el significado de todas las predicciones que me atormentaron ese mes entero.
La hora pasaba pero no había solución a mis premoniciones. Matilda llegó y me observó largo rato, solo pensaba que mis supersticiones eran deseos permanentes que poca relación tenían con mi absoluta realidad, hasta pasados 15 minutos me dijo acaso había estado llorando. Efectivamente así era y sabía que no debía mentirle, pero todo me condujo a un rotundo no.
Eres lo suficientemente niña para no haber estado llorando, más cuando tu vulnerabilidad anda por los suelos, pero no debía asumirme frente a ella, más si sabía que me conocía como la palma de mi mano.
Tal vez, el tarot es un espejo , pero nada se refleja hasta afirmar las certezas.
Mi vida y mis costumbres habían cambiado, al igual que mis sentimientos y lo que sentía por ella. Sabía que no podía estar sin ella, pero no podía amarla. Todo era producto de una irónica dependencia psíquica y no emocional. Me sentía idiota al responder " yo también "en circunstancia que las cosas habían cambiado.
No puedo dañarla, pero tarde o temprano lo haría.

La vi irse, extrañada y con mirada preocupante, sentía el mismo miedo que yo al preguntar si las cosas estaban bien, solo se fue en un sentido contrario al mío.

Mi visión no fue la más óptima, Lucía aparecía por el otro extremo y su figura relucía en dirección al sol y en dirección a mi.
Era como lo que podía llegar a amar, pero estaba lejos de mi alcance y más cerca de Matilda.
No se si los sentimientos se intuyen o se dan por sabidos para no preguntarlos. Lucía sabía que mi fijación por ella iba más allá de una apariencia física, Matilda siempre fue hermosa, más que ella, pero no había algo que me llenara de la misma forma.

Lucía esquiva todo lo que sucede. Lo ve como una cierta amenaza pronta a acabar. El asunto era que ni yo ni ella queríamos que esto acabara, pero no era justo desviar a Matilda si su único error es amarme.
La costumbre nos terminó pudriendo, pero sabíamos que nos necesitábamos por dependencia mutua y ante eso no había nada que discutir.

Lucía me ve, me ve como si no percibiera que yo la veo, me ve descaradamente, me ve como si los árboles tras los que se esconde la delataran, me ve como si supiera que de reojo yo también la veo y me encanta.

Matilda hoy no apareció y aún no la llamo, no se si lo haga, solo sería un reflejo de preocupación que aún se disuelve. Es probable que haya preferido dormir o que ya se esté dando cuenta de lo que me está pasando y me trate de evitar. Tal vez sufre o ya lo asumió, puede que llore, como puede que se trague la rabia. Matilda todo lo sabe y puede que lo que me esté pasando ya lo da por hecho, pero es incapaz de preguntármelo para salir de dudas, solo sé que si lo sabe, de un momento a otro desaparecerá.

Lucía se acerca por el pasillo, sé que es ella aunque este a kilómetros, el corazón me avisa que son sus tacones los que suenan, está nerviosa, más que yo, sabe que lo que pasará no es lo correcto, pero ni yo ni ella lo puede evitar.
Siento como se acomoda su pelo castaño y como mira hacia todos lados para que nadie la vea. Sabe que aunque no la mire fijo, es mi único centro de atención, sabe que es a la única que miro cuando Matilda no está a mi lado. A ella, a Lucía.

Se acerca a mi y se sienta a escasos metros, trata de esconder sus nervios pero le es imposible . Es lo que más he esperado, ella siente y percibe que así es.
La abrazo para quitarle su culpa y sumarla a la mía. Ella respira y me dice que esto no está bien, solo le respondo un "lo sé" y continúa dejándose querer.
Sus caricias son intermitentes y sus manos son suaves y tenues , me invade su presencia hasta dejarme lleno por completo. Estoy viviendo un wishful thinking y ella lo vive conmigo.
El corazón vuelve a suspirar, pero de miedo, de un miedo incontenible , de un presentimiento aterrador. Siento sus pasos, siento que se acerca y que me mira con rabia, siento que no atinará a hacer nada más, siento que las confirmaciones estancarán sus impulsos, siento que no volverá y se irá para siempre. Veo como saca un cigarro de su bolso, lo prende, lo fuma y se marcha, se que no la veré más y lo lamento porqeu sin ella no puedo vivir, es tan parte de mi como yo de ella, pero hay que elegir y creo que ya lo hice.

Matilda dio media vuelta sin decir nada porqeu ya lo había sentido todo y visto todo, no había lugar para las palabras porque solo serían pérdida de tiempo.
Lucía supo lo ocurridoa los días luego que supo que Matilda se había trasladado de Universidad. La culpa la extasió y no quizo verme más. AHora sale con un compañero de sede y se ve bien, aunque mi visión aun la perturba, pero ya se alivianó la culpa que me gané yo.

Ahora escribo, como el único pasatiempo que llevo a diario. Recuerdo que Matilda era fanática de mis historias u esta sería la única que no querría leer porque ya la vivió.
La perdí, o las perdí... vincularse de esta forma solo acarrea pérdidas, perdí todo y ahora me las doy de escritor, dándole vueltas a una historia que ya se escribió por si sola su fin.

Así es la historia, la que jamás llegaré a publicar...

Texto agregado el 31-05-2008, y leído por 82 visitantes. (0 votos)


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