Escucha esta oración de siete versos;
semana de amor desde un Domingo solo,
en que rogaba:
"(Señor, si llega sabré que es ella y podré decirle
tú
es la que será, la que mañana, en este día,
no ignoraré.)
Señor dame una llave
para romper el candado de mi silencio
para abrir de par en par los postigos de la noche,
para abrir la celda de mi tristeza circular,
que me anilla como el vacío en que estoy,
como la soledad que ocupo."
Lunes de ilusión,
de buscar mi sueño en mis preguntas
de evitar mi piel por temor de despertarme.
Martes de amor supremo
de palabras de piel
de temor inmenso,
de convicción tan fuerte
como el amor sentido.
Miércoles de pendiente, de alud,
de involuntad de piedra
de escombros de los diques
de riendas rengas
de amor hinchado
de alma ajustada contra el abrazo
de donde cabe.
Jueves de embarazo de amor
de corazón inflado, de ruego,
de muros rebalsados
de martes insignificantes
de quererte mucho más,
de miedo de mañana.
Viernes de hondura,
de lágrimas
de temor de la primera palabra
de ahogo en la garganta
de mil palabras embalsamadas,
de voluntad mentida.
Sábado débil, de los dos gastados
de los dos inmensos
de oración mañana
de Domingo bueno.
Domingo de hoy,
de rezar solo,
Domingo de Domingo
de creer a ratos que se alzará tu
llamado
de comprobarte tú
de creerte tú
de eternizarte tú
de llorarte,
de rogar:
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
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