Desde inéditos confines un rayo de luz proveniente de alguna estrella moribunda surcaba con presteza la circunferencia de los planetas y sus lunas; la onda de su influjo se expandió a través de tiempo-espacio sin dirección alguna pero con avance constante y veloz.
Sin distancia o tiempo precisado, se le unió en su eterno viaje el omnipresente polvo de estrellas que como gran precursor de vida generaba en aquel momento la chispa casual, y así encapsulada en polvo y luz, la vida se abría paso en la insondable oscuridad del cosmos. A través de muchos ciclos en q las fuerzas creadoras se conjugaba en cruenta batalla por imponerse la una a la otra, poco a poco se complementaba el poder de sus esencias y así polvo y luz transmutaban de una a otra mimetizándose hasta ser uno. Muchos ciclos mas pasaron para rendirse mutuamente y aceptando la nueva gran esencia que por decreto cósmico las fortificaba, el mas importante elemento nació de unión tan fortuita y única, el universo entero parecía comenzar a tener razón de ser con un inicio, y así el tiempo se manifestaba para asignarle un principio y un final a todo objeto en el orden de las cosas. Dejando atrás los ciclos y con la nueva gran esencia todo poderosa, deseosa de hacer sentir su influjo sobre todos los elementos cósmicos, creyose digna de existir por siempre comenzando una agitada actividad en el centro de su esencia, y al poco tiempo comenzó a implosionar. Todos los elementos q conformaban el cosmos en tan profunda oscuridad, avistaron al quinto elemento viajando a velocidad fantástica por todos los confines del espacio. Revistiéndose después de mucho tiempo con magnifico poder y habiéndose asimilado en aquel estado de implosión, sin duda alguna comenzó a salir a la superficie de su magna esencia y henchida de polvo, tiempo y luz exploto mas allá de lo comprensible influyendo al cosmos entero en su implacable devenir. Así pues, desde la partícula mas pequeña, hasta la galaxia mas lejana se postraron a la voluntad del quinto elemento, dejándose regir por su implacable omnipresencia. Era así como la era del caos llegaba a su fin y un nuevo orden se manifestaba a cada momento creando la oportunidad.