Decía en otro ensayo que el ser humano si puede proponerse problemas que no tienen solución. La pregunta que guía este ensayo tan cool se acerca peligrosamente a esa categoría de preguntas irresolubles que no sirven para nada. Preguntarse algo sobre la naturaleza del ser humano puede significar dos cosas o nos preguntamos sobre la esencia del ser humano o nos preguntamos sobre aquello que nos caracteriza a todos los individuos de nuestra especie, por aquello que nos determina a todos sin excepción. Estos ya es complicado pero para complicarlo más todavía se debe juzgar moralmente la naturaleza humana. ¿Podemos en realidad desechar o redimir a la multiplicidad de seres que entran en la categoría de humanos?, Claro que no, pero de todos modos me voy a poner a reflexionar sobre el asunto.
El ser humano esta solo en el mundo y es libre, pero a pesar de eso nunca ha estado a la altura de sus mejores ideas y sueños, ¿por qué? El comunismo por ejemplo fue una audacia que terminó en desgracia. Claro, no comparto la idea que culpa a la naturaleza malvada del ser humano por el fracaso del comunismo pues no es práctico desechar a los seres humanos a favor de una idea que busca la redención de los mismos. Pero entonces, ¿qué podemos extraer de esto?, ¿Es el ser humano incapaz de hacer todo lo que sueña?, ¿Existe la naturaleza humana que lo determina a ser de una manera sin poder hacer algo al respecto?
En el corazón de la izquierda (al menos la que conserva sus ilusiones) esta la idea de que el ser humano es un ser infinitamente maleable, que somos capaces de lograr todo lo que soñamos y construir cualquier sociedad que podamos imaginar. Pero la realidad es que, aunque somos flexibles, más flexibles que cualquier ser sobre la tierra, no somos infinitamente flexibles. Sí existe algo que podamos llamar naturaleza humana, que forma la base dura de nuestro ser y que podemos generalizar. ¿Cómo es entonces esa naturaleza o base dura?, Déjenme arriesgar un principio de la naturaleza humana, que aunque no sea una regla irrompible se trata de una tendencia generalizada, el principio es el siguiente; NO ES DE ESPERAR QUE EL SER HUMANO CONSIENTA ACTUAR CONTRA SUS INTERESES. Y antes de que se pongan a gritar por esto déjenme decir que por intereses entiendo algo mucho más amplio que dinero o bienes materiales en general. En los intereses de los seres humanos se puede encontrar algo que le traiga placer estético, puede ser de su interés conservar la vida, la propia o la de la familia o la de cualquiera, en sus intereses puede entrar muchísimas cosas, pero en general el ser humano esta interesado en ser feliz. A pesar de cómo pueda sonar tal principio, esto yo no lo interpreto como que la gente es egoísta. Este principio es el resultado de nuestra herencia natural, de nuestra evolución y se trata de un principio estratégico, no moral. En mi opinión la naturaleza del ser humano no puede juzgarse como buena o malvada e inmoral, nuestra naturaleza es básicamente amoral y dentro de esos principios entra el egoísmo, pero también algo que parece tan incompatible como la cooperación. Egoísmo y cooperación son dos caras de una misma moneda evolutiva, estrategias de supervivencia que son nuestra herencia animal.
Egoísmo, altruismo y cooperación.
Ya son treinta años de la publicación del polémico libro del afamado ateo Richard Dawkins, “El gen egoísta”. Un libro muchas veces malentendido pues se trata solamente de una interpretación de los principios que rigen la teoría de la evolución. Dawkins describe algo que cualquier persona honesta sabe reconocer, que la supervivencia individual es prioritaria para el individuo, incluyendo y extendiéndose a aquellos con los que comparte sus genes. Los genes son egoístas en ese sentido pues se trata de “máquinas programadas” para replicarse y conservarse.
La naturaleza es así y basta observarla para saber que es cierto. El altruismo, entendido como el sacrificio de un individuo a favor de otro (sin ninguna relación de interés), no es algo que se encuentre en la naturaleza. Puede parecer muy cruel, pero la naturaleza es un lugar violento y difícil, más que un paraíso. Esto me trae el recuerdo de algunas de las instrucciones que se difunden en caso de emergencias; por ejemplo en un terremoto lo más recomendable, para que se salven más vidas, es que veas por ti mismo primero y luego ayudas. La naturaleza es abundante en emergencias, la más común la escacez de recursos. ¿Somos entonces seres egoístas por naturaleza y no hay que esperar más? El egoísmo puede ser una estrategia efectiva para sobrevivir no hay duda, sin embargo no es la única, ni la más efectiva siempre.
Dawkins señala que el ser humano como esta programado para ser egoísta, esta programado para tener empatía. La empatía es la capacidad de entender a los otros, entender su situación y sus sentimientos, y para mí es la fuente de toda moral. ¿Por qué? De nuevo se trata de estrategia, pues sin la posibilidad de sentir empatía por los demás nos sería imposible cooperar. El egoísmo puede mostrar su efectividad como estrategia en ciertas situaciones, pero a la larga cooperar es la estrategia más efectiva siempre y eso también es observable en la naturaleza. Así como el egoísmo es parte de nosotros, ser sociables y buscar la cooperación de los demás es parte de nosotros. Egoísmo y cooperación dos caras de la misma "maquina de supervivencia", sobre las que construimos tanto el yo del individuo, como la cultura del grupo.
En el próximo ensayo explico detalladamente como es entonces compatible estas dos partes de nuestra naturaleza y que implicaciones tienen estos hechos en los sistemas políticos y económicos que podríamos procurar.
Por el momento ahi la dejo, saludos a todas las chicas cool.
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