Sintió golpear la puerta por segunda vez y subió un poco más el volumen del equipo (Dios, ¿hace cuanto que no escuchaba este disco?) un vaso mas de Martini para saborear las notas, los golpes lo sacaron de sus pensamientos y se levanto de mala gana.
Llevaba unos cinco minutos golpeando (¡diablos! Este tipo me esta sacando de quicios, me las va a pagar. Tendrá que escuchar todo lo que le diré a la cara) y la puerta se abrió.
Era Roberto, lo miro fríamente de pies a cabeza y apoyo el Martini en el florero al lado de la puerta, el volumen de la radio lo trasporto a otra época, Vangelis era otra cosa; caballeros, misticismos y huevadas la raja.

-Señor, además de soportar ese olor inmundo que sale de su departamento que incluso siento impregnado en mis narices, debo soportar su música ¡Oiga! no por nada pague mucho dinero para venirme a algo exclusivo……… ¿me escucha?-

Pareció perderse en su voz y las imágenes, la puta música que corría por el lugar. Vio los labios de Roberto gesticular palabras, pero el solo sentía un eco………rió una y otra vez, trato de decir algo pero no lo logro, parecía ido. Estaba en un ilapso de las putas madres hubo un silencio, las pistas pararon y la música de un golpe acabo………

-¿Le molesto yo? ¿Le molesta mi vida…hic?-
-Bueno la verdad que quiere que le diga, si.-

Otro trago de Martini lo saco de la orbita en que se encontraba, miro a los ojos a Roberto y le indico que lo siguiera lo hizo sentarse en el cómodo sillón del living y le sirvió un Martini.

-Dijo algo de un olor que mi departamento tiene…-
-Bueno, es un olor, no malo, pero si extraño.-
-Pues sígame si quiere saber de donde proviene.-

Y diciendo esto encendió de nuevo la música, caminaron por el pasillo en dirección a la pieza donde el olor se intensificaba

-¡Dios! se hace cada vez más insoportable.-

Roberto se tapo la nariz asqueado, noto que su vecino ya se había acostumbrado al olor (¿Cómo describirlo? Era como carne rancia) ya que parecía no notarlo.

-Este tema es bueno……sienta esos coros……..podríamos decir que es la música perfecta.-

Sentía a Roberto hablar pero lo sentía lejos, como un eco……….como si estuviera a mucha distancia. El si hablo le dijo que de aquí salía el olor, se lo grito varias veces mientras levantaba el cubrecama……………y como un colchón grotesco Roberto espantado vio las cabezas que lo cubrían la cama (¡diablos!) algunas parecían frescas con sus ojos abiertos al máximo en una mueca de horror angustiosa, otras tenían gusanos que se movían gozando aquella carne que las alimentaría hasta que no pudiesen mas.

-¿Pero que es toda esta mierda?- Grito Roberto

Y el viajaba en las notas épicas de los hueones la raja de Vangelis……no notaba que Roberto gritaba mientras miraba su colección, que cada día iba adquiriendo esa forma entre cara y calavera que le gustaba y llamo a Roberto, le ofreció otro Martini que esta vez Roberto tomo al seco, pero la música lo invadía todo.

-Siente esos coros épicos, Vangelis es simplemente la cuea.-
-¿Pero y tus cabezas?-
-Es una pequeña colección.- tomaba mas Martini.

De pronto la conversación subió el tono y en la mente de Roberto sonaba la idea de que seria la próxima victima viendo en su cerebro al imagen de su cabeza en esa extraña y como no decirlo podredumbre cama y cada vez que tomaba un Martini la imagen no lo dejaba tranquilo.

-¿Y cuado llego al apartamento?-
-No lo se.-
-¿De donde es?-
-No lo se.-

Eso fue la chispa que encendió su cerebro y busco en todo el departamento el hacha homicida y ahí estaba, justo en el baño cerca de la tina, donde yacía un cuerpo sin cabeza.

-Maldición.- Se dijo mientras empuñaba el arma del criminal -Este es sin duda un verdadero loco.- Pensó mientras caminaba de nuevo a la habitación, ahí estaba todavía parado como siempre en orbita con la música.

-¿Y te gusta el tema?- le dijo Roberto pero el no alcanzo a contestar ya que al abrir la boca todo lo que le salio fue sangre y su garganta comenzó a soltar hilitos rojos que después fueron tornándose hilos mas gruesos hasta que la cabeza callo al piso. Roberto miro la estrepitosa caída y pensó por unos minutos.

-Si dejo el cuerpo en la tina y la cabeza en la cama, cuando llegue la policía les podría contar todo más tranquilo.-

Se sentó en el sillón, puso el CD desde el comienzo, Vangelis era la raja como si un mundo lo tomara. En eso golpearon la puerta era la policía.

-¿El señor Lucas?- Dijo el teniente
-Claro…- respondió Roberto sin saber como mintió
-Nos informaron de disturbios.-
-Todo solucionado.- Y cerro la puerta, no pudo creerlo había mentido pero también lo entendió. El amor por la música, las cabezas, el tomar su lugar.

Se sentó en el gran sillón a escuchar Vangelis a todo volumen, mientras disfrutaba un Martini esperando que todas las cabezas terminaran su proceso de putrefacción. En eso golpearon la puerta, de seguro un vecino que venia a reclamar por la música.