Por eso quiero hacerlo. Porque he dejado de creer en Dios, porque no tengo miedo.
Caminó a lo largo de toda la calle y llegó hasta el bar. Alli estaba el asesino de su padre. Extendió el brazo como quien tiende una mano y disparó, con los ojos cerrados.
Y aquella noche no pudo dormir.
Texto agregado el 21-04-2004, y leído por 140
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Lectores Opinan
21-04-2004
creo que esta muy escueto es un tema que da para más, saludos Maite
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