Aquella tarde Xabier se había acercado a comprar al Centro Comercial, como cada jueves tenía una lista de la compra que preparaba minuciosamente y de la cual intentaba no apartarse demasiado, la situación económica no era tan boyante como hacía unos años y se tenían que ajustar el cinturón. Siempre le habían fascinado esas estanterías repletas de los centros comerciales con los productos estratégicamente colocados en las repisas, los de menor consumo en los estantes más altos y los de consumo mayoritario y las ofertas en las baldas centrales con grandes carteles a la altura de los ojos. La música pegadiza del último éxito de La oreja de van Gogh sonaba por los altavoces creando un ambiente agradable para la compra, Xabier tarareaba de forma suave…
Oh Soledad, dime si algún día habrá
entre tú y el amor buena amistad.
Vuelve conmigo a dibujar las olas del mar,
dame tu mano una vez más.
Cogió un paquete de jamón ibérico envasado al vacío, uno de chorizo picante y un trozo de queso idiazábal, había pensado que esa noche podían cenar como Dios manda, no le apetecía nada cocinar, en la zona de vinos eligió un Muga crianza, suficiente para acompañar esa cena. Recordó que Ainhoa le había encargado detergente para la lavadora y lejía, y también necesitaría cinta de precinto.
Se acercó a la caja, y mientras la cajera marcaba los productos con el lector de código de barras, se percató de sus enormes pechos, una maravillosa obra de ingeniería que se mantenía erguida desafiando a la ley de la gravedad. Una sonrisa pícara de la cajera le hizo cambiar la mirada hacía el paquete de papel higiénico de doble capa, mientras sus mejillas se teñían de un rojo intenso, siempre había sino un tímido patológico. Pagó la cuenta en metálico, tal y como le habían aconsejado.
Al llegar al piso, ella estaba hablando por teléfono, Xabier fue guardando toda la compra en los armarios y preparando la cena.
.- ¿Has visto? he comprado una botellita de Muga, jamón de Guijuelo, queso… nos metemos un homenaje esta noche, ¡nos lo merecemos la ostia! Yo prefiero el jamón de Guijuelo al de Jabugo, es más sabroso, por cierto ¿con quien hablabas?
.- Era Gorka.
.- ¿No jodas? Pero como se le ocurre llamar aquí a este hijo de puta.
.- La semana que viene hay que dar pasaporte al invitado, no pagarán. Gorka me ha dicho que tendremos una furgoneta limpia el martes en el parking de la estación con matrículas nuevas, dentro de la furgoneta dejarán dos pipas francesas con munición y un petardo para destruir el vehículo cuando terminemos el trabajo, el lugar que la Dirección cree más seguro para hacer el trabajo es el bosque de Ochandio, pasado Urkiola, tendremos infraestructura en Onchandiano esa misma noche en casa de unos militantes, y a la mañana siguiente nos recogerá un taxi para cruzar la frontera.
.- ¡Que cabrones! Llevamos 6 meses jodidos aquí dentro y ahora nos hemos de comer este marrón, ¡su puta madre! Por cierto, ¿le has dado de comer al perro?
.- Si, ha comido ya, lleva todo el día llorando el maketo, no se porqué lo alargamos tanto, hace semanas que sabíamos que no pagarían.
.- Oye, yo tengo hambre, ¿Qué te parece si le metemos mano al jamoncito?
.- Joder tío, si nos ven beber este vino nos expedientan…
.- No me jodas, si no podemos beber buen vino apaga y vámonos coño, llevo 5 años en la clandestinidad y me he comido todos los marrones de la puta organización.
.- Por cierto, como está Chus?
.- Jodida, sabe lo nuestro, se lo dijo mi madre en la última visita a la cárcel.
.- Lo entenderá, esta es nuestra vida, llevamos 4 años compartiendo comando, no puede pretender que la esperes 20 años hasta que salga.
.- No coño, pero está jodida.
.- ¿ y si nos acostamos pronto esta noche?... el vino me ha puesto un poco tonta, me apetecen unos arrumacos del gudari…
.- Como te pasas cielo , eres insaciable , siempre estás pensando en lo mismo. Venga, bajo al zulo a echar un vistazo al invitado y me esperas en la ducha. |