Las palabras no son suficientes y jamás en la vida o en la muerte lo serán...

Siento una sed insaciable de caricias y besos, una locura interminable de un amor que se escapa por cada poro de mi piel, por cada sendero del alma.

Y nada es suficiente ni la vida ni la muerte, ni el alcohol o la desdicha. Ni una cama vacía, un lecho en agonía y un vientre destrozado.

Si es el Amor o el mismo Demonio que me insita a Ti, que me llena de tu olor, que me permite gozar del placer mundano, profanando tus labios, tu cuerpo, mi cama, tu almohada...

Pero siempre a tu recuerdo, a la agonía incesante de aquellos versos que se quedaron en mi piel, a los besos plasmados en cada suspiro y aliento.

A ti mi compañero que tuviste que partir antes de un primer encuentro…