Mis manos trémulas tratan de encontrar las palabras que expresen lo que hay en el fondo de mi corazón, la lluvia cae afuera y mientras las pequeñas gotas chocan con la puerta mi mente choca con los recuerdos y las heridas del pasado.
Escucho la radio, miro la tele… nada que pueda alejar de mi pensamiento esa sensación de incertidumbre, escucho entonces aquella canción que me transporta en el espacio y mientras miles de notas me envuelven siento que mis alas por fin se levantan de nuevo para recordarme como volar.
Me levanto y abro lentamente mis alas, dirigiendo mi vuelo hacia el infinito, siento las nubes alrededor y el brillo de la luna ilumina mis ojos, la brisa despeina mi cabello y a medida que avanzo un extraño sentimiento se apodera de mi corazón.
Una nostalgia infinita por algo que se queda inmóvil, vacío, solo… mi pequeño demonio que empieza a consumirse entre las brumas y a lo lejos levanta sus brazos hacia mi para recordarme que somos uno.
Entonces decido regresar, y en el camino mis ojos se cruzan sin querer con aquella mirada, mirada de ternura y de pasión, mirada de nobleza e ingenuidad, mirada que pide a gritos que le preste mis alas para volar.
Cómo dar a tu vida lo que tus ojos me piden si tus labios se niegan a decirlo, cómo tomarte entre mis brazos para llevarte al infinito si mis miedos han atado mis alas y me apresan en su interior, cómo elevarnos hacia el horizonte si hemos olvidado la manera de volar.
Y sin embargo estás ahí, frente a mí, convirtiéndote cada día en mi adicción, en la dulce tentación que enciende las pasiones de mi demonio, en la tierna inocencia que le entrega nuevas alas a mis sueños, en el ángel que vigila mis segundos, mis minutos y mis horas de soledad.
Eres la mezcla perfecta que mi corazón buscaba con desesperación, eres la droga que logra transportarme al infinito, eres la locura de la que no quiero curarme, eres el sueño que siempre quise soñar, eres la razón por la que hoy sin motivo aparente mis manos inquietas escriben lo que mi corazón quiere decir a gritos.
Ángel y Demonio, le has entregado alas a mi corazón, pero mi corazón aún tiene miedo al sentir que puede caer desde las alturas, dime: ¿acaso soñamos?... si así es no quiero ya nunca despertar… quiero vivir este sueño eternamente y al abrir los ojos encontrarme con el azul infinito de nuestro cielo para pintar arcoiris de colores en el horizonte y perderme en tus ojos, ¡si es que se puede estar más perdido!…
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