No es nada, o es algo,
un temblor, una mirada,
no es nada, o es un sigilo,
es una palabra, una mueca,
un rictus, un cosquilleo,
no es nada, y son tantas cosas.
Es un rumor, es la sangre,
son praderas azuladas,
son caballos cabalgando,
es la noche y el estío
es un suspiro en el lecho,
es un sueño que brota suave.
Y cuando las salvas retumban
en el corazón ufano,
gesta cumplida, amor en ciernes,
noches de plenilunio,
bosques de madreselvas,
al arrullo de las sombras,
siempre perdura el recuerdo
de esos instantes sibilinos,
de ese rumor de latidos,
de eso que es todo o es nada,
de ese bosquejo en el agua
en el que florecieron dos nombres:
tú y yo, para la posteridad,
flama que la apaga un soplo
y que la enciende un solo beso...
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