Por un sendero de los mil caminos que hoy salen de su corazon, arañan los pies de aquel hombre, las hojas de cerezo heladas por la nieve que cae, sin prisa pero sin pausa, de un cielo salmón, con una mancha naranja llamada sol, y con un horizonte violeta llamado misterio.
Mientras los cortes en los pies, evocan en él nostalgia y melancolia, se cristalizan sus lágrimas mientras se precipitan al suelo, bañado por el rosa palido de las flores que se empeñan en calentar el camino, a medias de hielo, a medias de arena.
Ni cómo, ni donde, ni por qué,
ni de donde venimos,
ni a donde vamos.
No eran esas las preguntas que ahora rondan su cabeza, ni los clavos que tiene hoy hundidos en su corazon, eran mas bien agonías de preguntas sin respuesta, ni razon de ser, que no podia formular siquiera, y mucho menos comprender.
" - ¿Como se partieron, las máscaras de besos, que con mimo, y con cuidado, en tu cara dibujé? Dime en que momento, sin conocimiento y sin cuidado, seguramente sin estar en mi mismo, de tu mano me solté...
A medias llanto disimulado, convulsiones de miedo,
a medias lagrimas que caen del cielo
A medias un corazon de caramelo, a medias una cereza de hielo, a medias de fuego, y un te de melocotón. una leyenda contada al oido sordo de un esceptico ignorante que no sabe lo que es el amor, recuerdos prohibidos, recuerdos ignorados, crecientes por el eco producido por su sonrisa en mi cabeza hoy vacia (mas vacia aun sin ella) [porque solo estoy solo cuando estoy sin ti] . Palabras, mas palabras, y solo eso, palabras. Palabras de aliento y misericordia, esgrimidas al oído para intentar reinventar la historia. Palabras de ayuda, palabras de ánimo, palabras de fuego, contadas sin miedo, para que mis ojos puedan ver, un poco mas alla del suelo.
Las palabras se las lleva el viento, y mueren a manos de las flores de cerezo, que olvidan como no puedo yo, en este mundo de cerezas, a medias de fuego, a medias de hielo.
-La capacidad de recordar, te hace inmortal, mi incapacidad por olvidarte, te hace indestructible."
-Buenas noches, ¿Qué quería?
- Un corazon de girasoles.
En su delirio, aquel hombre sin rostro ni nombre ni destino, imaginó noches de hambre, comiendo girasoles, cortándose los pies con aquellas flores, se imaginó volando entre luces de colores... |