¿Por qué el ser humano tiene la necesidad de volver a un pasado que le hace daño?
Todo empezó dos años después de no saber nada de ti, pensé que ya te había olvidado, que había vuelto amar, que tu nombre a pesar de tenerlo presente todos los días ya se había convertido en un recuerdo, el mejor de todos.
De pronto cuando nos vimos nada había cambiado la química, la pasión seguían intactas. Pensé que otra vez te estaba empezando a querer, tu ya habías encontrado un nuevo amor una chica que parecia normal, talvez aquella chica que es todo lo que yo no. Aún así nuestro primer encuentro fue lleno de besos, de caricias pero nunca de amor y cariño cada gesto de nuestros labios, de nuestras manos estaba cargado de un vacío insoportable. Tan insoportable que de vez en vez sentía asco de estar a tu lado y mi mente sin querer divagaba en los cuerpos de otros amantes algunos reales, otros imaginarios. No encontraba una respuesta a esta paradoja de querer estar contigo y a la vez empujarte vestirme e irme.
Mientras tus manos tocaban mis piernas pensaba en cuando éramos adolescentes e íbamos descubriendo esas caricias. Sin embargo, ahora eras un experto, no te negaré que estaba excitada todo mi instinto animal se desbordaba entre tus manos, me entregaba con cada parte de mi cuerpo pero mi alma le pertenecía a otro o en pequeños momentos solo a mí. Nunca supe si lo sentías, talvez lo sentiste y tu orgullo de macho no dejo que me preguntarás que había pasado; al terminar aquel “acto de entrega” lo único acertado que pudiste decir fue vístete, vamos a comer. Me sentí como la peor basura y mi alma no sabía por donde escapar mi cuerpo era tan pesado que bloqueaba su salida.
Después de aquella vez jure nunca más volver a verte. Las promesas no son para mí, nunca he vivido de ellas ni para ellas por eso continuamos viéndonos hasta que me aburrí y decidí refugiarme en otros brazos. Esos brazos aún me llaman pero no me retienen, amo aquel hombre que guarda el peor error, el de no subir mi ego. Tu llamada de ayer a la madrugada me confundió, tus palabras de “amor” me gustaron así que mañana estaré de nuevo en tu lecho arrepintiéndome mientras tus manos corren por debajo de mi ropa para encontrar el cielo, el cielo nublado de esta pasión sin amor.
¿Por qué volvemos a ese pasado? Por EGO, que lance la primera piedra quien pueda vivir sin él.
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