EL ROJO ETERNO

La lluvia se derrama en los cristales
reflejando sus espejos en mi alma
y aunque ayer decidí abandonarme
hoy de nuevo estoy en pie.
Si me devuelves la fé
trataré de resolver mis asuntos pendientes,
si me calmas hoy la piel
verás mis ojos al atardecer.

La pálida sombra que me cubrió
tiende a desaparecer de una buena vez
y aunque antes creí estar limpio
el tiempo te dio la razón.
Si me enseñas tus conflictos
encontraré un mejor motivo para permanecer,
si me hablas de consuelo
podrás ver mis ojos al atardecer.

El rojo eterno te desvaneció
ya no hay formas
ya no hay dolor.
Tu sol perverso hoy me mutiló
solo hay risas
solo hay terror,
solo hay muerte
solo destrucción
ya no tienes corazón...