Silencio;
Cesen infamias verdaderas
caigan sueños absurdos en el limbo.

Apokolokyntosis cerrada en armonía perfecta,
burla caótica en tiempos desastrosos
que me obligan a hacer este acto
de automisericordia y salvación terrenal.

No más sufrimiento carnal,
la cara de la muerte se esconde en el aquelarre,
lugar mágico decadente
que importa sombras al reino de la fantasía.

Corto las venas de mi avaricia
la sangre de mi sangre es todavía amatista,
la vida de mi vida se está desvaneciendo
y la muerte de mi muerte, muerte mortuoria.

Las leyes para evitar la avaricia lo quisieron,
mi generosidad para con mi señor me lo permite.
Paulina perpetua en otra habitación
la disminución de mi dolor;
la tumba en un frasco de vidrio
refleja dolorosa aparición.

Quiero, al igual que este viejo
morir llevándome soledad desencantada.
Que nadie me engañe con sus promesas.
Que al final, sufrimiento terrenal
no hace falta en la vida de fantasía.