En cuanto a la muerte que me sigue,
con el rostro oculto desauciando,
con la mano álgida empuñando lanzas que persigue
con el capote viudo, sin pies y levitando.
Y mi respuesta en sólida espera,
sentado en el sofá, bebiendo café,
dispuesto a negarme, en mi partida sincera
sin miedo al espanto, confiando en mi fe.
Es la muerte que ahora me visita,
en la plenitud de mi vida en gloria,
en la paciencia que tu busqueda insita,
en desesperanzas de mi corta historia.
A la muerte que hoy me lleva,
postrado en mi lánguida cama,
rasga mi alma, con su mortal arma que lleva,
y deja mi pútrido ser, malholiente y sin alma.
A la muete que hoy me acecha,
en estos días negros sin reparo,
sin nicho, ni cajon que ahora separo,
aumentando su sepulcra cosecha.
...El Gabo
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