POR: GENARO ARENA RAMIREZ(GENARERAM)
“EL MAESTRO BRÁ” (Braulio Ramirez)
El maestro Brá, era un hombre cuarentón, soltero y ya con algo de canas, corpulento, mediana estatura, silueta algo esbelta, aspecto de caballero ingles, callado y prudente, No comete desarreglos y con un toque de fina elegancia. Usa a modo de vestir, trajes de “Casimir” y camisas de seda, llevaba siempre un buen sombrero.
Sucedió que uno de esos domingos, en el cual pasaba largos ratos, dándole de alimentar a los pichones (Aves de la Plaza), una hermosa y elegante moza, de unos dieciocho(18) años, más o menos; se acerco al maestro Brá, para preguntarle en cuestión:
-...!“Disculpe caballero, ¿ como puedo lograr ponerme en contacto con el maestro de la escuela Municipal (Distrito) de este pueblo, de supuesto nombre Brá”?...!-
- El maestro hizo un gesto con su rostro haciendo un ademán u una reverencia, seguida de una cordial sonrisa .-
“... Por favor, a sus pies, para servirle humildemente; ¡Que desea de la Música...!
La joven, sonrió como el sol, sentándose junto a el en la plaza del pueblo le replico:-“... cierto es Ud;”Maestro Brá”, es excelente instrumentista, me agradaría aprender a tocar algo de guitarra..!¿Qué me ofrece?...-“
El Maestro Brá, sin vacilar, se puso a la orden, para darle las clases, que la joven requería.
La joven se expresa:-“... La única exigencia es que mis clases, han de ser particulares, en la disposición que Ud, acepte...!-
“...Sabe Ud, Expreso El Maestro Brá, pudiera tomar una de mis tardes y dedicarle un par de horas ¿si, le parece bien?, Ella sonrió y dijo:-“... Aceptaría al final ,Maestro Brá,- mostrando una alegría y un brillo en sus ojos, ¿lo promete?.
“Si, por supuesto- respondió con veracidad- no faltaba... más...!”
Ella asintió: “...Bien, Maestro, no importa lo que me cueste...!-
En el paso de los años, la joven se transformo cual flor salida del botón, en una muy hermosísima Mujer. El encanto de sus miradas, era desgarrador.
El Maestro Brá, le cumplía con cabalidad, un día, a unas cuadras de la Plaza, un escándalo sucedía, El Medico del pueblo se había apersonado en casa de la hermosa alumna del Maestro Brá, la razón era que le había llamado por unas supuestas “nauseas o acidez extraña”. Que el Doctor tuvo que acelerar la situación de inmediato y dijo: “-... La única razón de que esta señorita, tenga semejantes malestares e incomoda angustia, es pues que ya no es señorita y esta embarazada, calculo de unos meses, pues su vientre desarrollo una barriga pequeña, suficiente para abrigar a la criatura que llevara en su interior por los próximos meses que restan. Al menos debería darnos una real explicación, hija nuestra...! ya que un hijo sin padre, es algo muy complicado...!
La futura Madre respondió: “...- Bueno padres míos, esas cosas siempre pasan, el amor ya todos los sabemos, es así, no hay mucho que explicar. Lo deseaba y a mi voluntad, acepte ser amada y lo hice con plena y gran conciencia de las consecuencias. Ya hace algún tiempo venia teniendo relaciones amorosas y asta que me embarace delo Maestro “Brá”., no fue casualidad ni sorpresa, que al estar juntos de tiempo atrás, aconteciera hoy, tan feliz desenlace.
“-...bien, hija mía, sabes tu, si ese marido postizo, tiene esa tan clara decisión, de responderte como un caballero y padre legal del niño. Teniendo la idea de casarte con el y criar la vida que pronto nacerá.
“_.. No lo se, padre...!, de eso no habíamos acordado nada...!
“-...Uff;- El padre- lo dices tan tranquila, vaya, que cosas eh...! en ese caso tendré que tener una conversación con muy amigable “Maestro Brá...!”
En una cómoda y sencilla casa residencial, anexa a la escuelita Municipal (Distrito) del pueblo; convivía junto a sus vecinos e inquilinos, las retóricas, experiencias, cuentos, amores y depresiones, compartiendo a todos, uno a uno sus sueños, los ámbitos propios de su pasado, presente y futuro, aceptando todas las anécdotas.
El Maestro Brá (Braulio), se desempeñaba dando sus clases Magistrales de Música, para todos los interesados en el pueblo, con un buen trato y excelente educación e intachable conducta, todos lo apreciaban. Al llegar a la escuelita, abría los grandes ventanales y los postigos (ventanilla mas pequeñitas) y la puerta del fondo que daba al patio (solar, parte trasera) cuando el sol era abrasador, le gustaba dar las clases al aire libre, bajo un frondoso árbol. Clase que terminaba en danzas y cantos de inspiración libres de los mas atentos y avanzados alumnos, dándole ese toque tan agradable.
El Maestro Brá, siempre tomaba el cafecito mañanero en la “Pulpería” (bodega, boticaria o abasto) de la esquina al final de la calle. Atendida por doña Camila; Café que acompañaba con un dulce de almíbar y agua miel; se despedía y salía al encuentro de sus alumnos dentro de la escuela, que estarían en compañía, toda la mañana. Serán pues las 7am, de la mañana, cuando comenzó con un “dictado teórico.”
El Maestro Brá, daba ánimos a sus pupilos, ejecutando los instrumentos Musicales y cantando, los repertorios permitidos en la escuela, realizando esto con agilidad, gusto y excelencia.
Siempre con una sonrisa y la palmadita en el hombro, en confianza a su alumnado, dando aliento a los que atrasaban su aprendizaje.
La tolerancia y Santa Paciencia del Maestro Brá, lograba el esfuerzo necesario y la alegría del éxito de sus discípulos, al avanzar progresivamente con gran atención. Muchos promovidos como Músicos, desde los años de fundada la escuela, pasaban a saludar, abrazar y dar la muestra del recuerdos de aquellos años de estudio en la escuela; siempre iban acompañados de sus obsequios muy especiales, al Maestro Brá, como reconocimiento a su labor y afán en la enseñanza tan respetable.
Cada fin de año, El Alcalde, lo invitaba para que fuera con todos los vecinos-inquilinos de la posada, para disfrutar del “Año Nuevo”, en la Plaza del pueblo; allí colocaban mesas llenas de manjares y licores, propios de la ocasión.
El Maestro Brá, prefería los jugos naturales, café o te, No se embriagaba jamás. Cuando observaba muchos hombres tomadores, excedidos y embriagados (Pasados de Tragos), se despedía, se retiraba a casa (La Posada), aun cuando todos los vecinos, incluso el posadero, se quedaban hasta amanecer.
El Maestro Brá, en otras ocasiones como los domingos, luego de misa, paseaba con su bastón y paraguas bajo el brazo, para ir a la plaza a escuchar la presentación musical “Retreta” publica, la
“Banda Municipal (Distrito) del pueblo”. En su tan ya acostumbradas y esperadas, exhibiciones dominicales, por la tarde.
Estando acomodado en un banco de la placita pueblerina, El Maestro Brá, estaba en expectativa, esperando el comienzo de las interpretaciones de la Banda Municipal. Un alboroto rompió la paz dominguera, por la presencia brusca de los pueblerinos, los alguaciles y agentes del orden publico, los curiosos y los afanados críticos de postin.
El Jefe Civil se dirigió con premura, anta el Maestro Brá, quien en un gran sobresalto y sorprendido...!, miro fijo a los ojos del jefe civil: Don Abundio...!
“- y bien, Maestro Brá, no le basto con deshonrar, mi hogar y honra de mi pequeña hija: Dalia; sino que la a raptado; deberá decirme ya, de inmediato donde la tiene escondida. Con tono calmado – Brá - le dice al infortunado jefe civil.
Aprecio que indiscutiblemente. Se trata de error, confusión, malentendido e incluso una buena broma suya, le a quedado, si es así, ¡genial!, de lo que al contrario no se de que me habla estimado jefe civil. Supongo en este caso le han jugado una broma muy seria.
“-... Ah, si; jefe civil- que le parece la confesión de mi hija, que esta en cinta, de su persona desde hace meses.
El Maestro Brá ¿le ha dicho eso?, ja ja ja, paro jefe, si su hija jamás se separa de el hijo de doña Camila, la Bodeguera, y mi persona, siempre y a la misma hora esta en los lugares, puntualmente, que soy frecuente en visitar y con testigos, por ejemplo, el café-bar: mayormente estoy allí. Ja ja ja...! “verificaremos eso”- no se atreva a abandonar el pueblo, ni solo y menos acompañado de dolia, mi amada hija. Para salir de dudas – jefe civil- verificaremos la posada y luego la escuela, con o sin su permiso, le aconsejo nos facilite el trabajo para no dañar los bienes oficiales como la escuela.
“...Adelante-Brá- les sigo y le apoyo...”.
El jefe civil, arresto al hijo de doña Camila y reviso su casa y bodega, luego se dirigió a la posada, y por ultimo, la escuelita de Música. Pero la búsqueda fue fallida; sin resultados alentadores, “Nada de Ella”.
Pregunto: ¿dice Ud, que el hijo de Camila, se entiende con la señorita Dolia, eh?
“Maestro Brá”- eso me temo, señor.- “- Queda Ud, en libertad. Buscaremos las respuestas, gracias...!
“Desviando las averiguaciones”, espero este bien amigo!!!!
Al paso del tiempo, El Maestro Brá, recibió una oferta de otro poblado, a través de una carta del alcalde de dicho lugar y lo comento con todos los de la posada y la gente del pueblo, según El Maestro Brá, había recomendado a un colega amigo suyo para que se encargara de la escuelita de Música y le había confirmado que aceptaría. De tal manera que, podría desde ese momento mudarse y dar comienzo de sus enseñanzas en el nuevo colegio que le contrato.
Se traslado casi de inmediato y se alojo en una casa amueblada que había pues alquilado con anterioridad. Al llegar con sus pertenencias, lo recibió, en la entrada una hermosa joven con un niño en sus brazos, que se le abalanzo para que lo abrazara con gestos de alergia, el niño en cuestiona.-
El Maestro Brá, feliz lo lleno de besos y caricias al igual que a su progenitora y luego ingresaron al interior de la casa...!!
“-... ¡Amor, y como dejo todo en el pueblo, cuénteme si me hace el favor”.
-El Maestro Brá –“...bueno, mire que su padre todavía, reniega de Ud y no se le pasa la rabieta, pero ya anda un poco mas apaciguado, ¡mi hija regresara, algún día!...
“... ¡Sabe, es mi deseo abrazar a mis padres y que conozcan a su nieto, al mismo tiempo que le dejen a Ud; de tanto resentir y odiar; al final, amor, ya estamos casados, vivimos juntos y el crío a crecido. No cree que es hora de acabar con tanto lío...!
- Maestro Brá, “así es amor...!” Por supuesto que le debo una disculpa, a Doña Camila, y su hijo, y al pobre hijo de don josefo. Por hacerles creer a todos, para que nos diera tiempo de salir del pueblo y venir a la casa esta, que Ud, ya me había alquilado. Mi padre, al parecer tenia en mente arrestar a todos los hombres sospechosos de haberme raptado, en el pueblo...! Miré, que Ud, si supo llevar las cosas y estuvo hasta hoy, que ya no nos separaremos, para vivir en santa paz...! Yo le ayudare, mi amado marido, para que salgamos adelante y así, compremos nuestras propiedades y mi padre deje de lamentarse, que no me casé con el Bachiller Ramiro...!
Fíjese que, ya he conversado con el vecino y su santa madre, al parecer quiere irse a la ciudad y me ofrecen en venta la casa, con un arreglo a la posibilidad de Ud., yo he colaborado, amor mío, en suministrar los dulces y el café, todas las mañanas, en la jefatura civil, y me da buena venta, mas adelante, llevare los libros del contador que me los ofreció, pagándome buena plata por el trabajo a realizar. Así, que pronto mejorara en bien para está pequeña familia, le aseguro que me darán trabajo en la jefatura y será nuestra estabilidad...!, ambos laborando.
- Maestro Brá, Excelente, amor, te apoyo todo lo necesario, es más, tengo en mente, aparte de dar clases en el colegio, poner clases particulares en nuestra casa y tú me ayudarías en tus tiempos libres...!
- Así, sea, mi amado esposo, lo que sea para que tu suegro, este más tranquilo por la seguridad y bienestar de su hija y nieto...!!
- Braulio Ramírez, con un abrazo y un gesto de afecto tomo con amor a su joven Dalia y su hijo Darío, llenándolos de besos y caricias, con una gran sonrisa dibujada en su rostro...!
“FIN” |