Necesito tiempo, necesito mucho tiempo. He planeado robarme todos los relojes del mundo, pero me faltan las distancias para lograrlo (la valentía y el coraje, de paso…) Tengo mucha necesidad de controlar el tiempo, de retroceder apenas unas horas. Se ha ido todo con el viento, no sé si se voló entre el frío que se ha colado por esta ciudad o si es por vendaval que recorre a esta personita. Pero se fue.

Que hablar del pasado, del presente y el futuro, es más de lo mismo, yo no quiero entrar en esas discusiones que han sido tocadas una y otra vez. Recurrí a mi maestro, mi maestro literario me ha dicho que el tiempo no existe, que es un invención loca de algún racional, dice que los escritores somos pasionales, por lo tanto no entramos en esa clasificación.

Si uno pudiera robarse las estructuras que marcan esos numeritos, quizás por ahí andaría la cosa, pero no sé como hacerlo. Muchos hombres se han partido la cabeza para construir esos relojes que marcan las horas, los días, los meses…y así… ¿se podría pasar a llevar esas mentes que, con esfuerzo sobrehumano han construido semejantes obras? Hoy digo si. Mañana quizás no lo sé (ahí nuevamente el juego temporal aniquilador).

Voy a considerar seriamente dedicarme a deshacer aquellos cimientos, quién sabe si llego a tener una cuota de éxito y me dedico a esto. Tengo que empezar por convencer a la gente que el tiempo vale nada, que la vida tiene un ciclo que no requiere mediciones absurdas y analíticas, suficiente tenemos las personas con vivir. La sola existencia debería ser nuestra brújula temporal. La noche se hizo para dormir, el día para vivir? Que vah! Definitivamente no hay ciclos, no hay distancias ni tiempo. Hay vida.

Los ciclos son inventos endemoniados, son circuitos que pretenden acorralarnos. Si no nos delimitáramos tanto tendríamos un mejor vivir.

Las personas tienen un tic tac interno que se hace lento o se acelera cuando experiencia ¿hay relojes que alteren su inagotable seguidilla de segundos y segundos exactos? ¿por qué las esperas son tan largas y los momentos rosas tan cortos? Un volver atrás, un volver adelante. Nada es real, quizás eso es todo.

¿quién impulsa las nubes grises un verano o el sol en invierno? El ordenamiento es una cosa, pero el control otra. La tierra se ordena en la órbita, pero nada impide los eclipses y los equinoccios, todo es sentir y existir.

“Necesito tiempo, necesito mucho tiempo” expuse en una esquina principiante. Corrijo. Necesito existir, existir a plenitud, necesito quebrarle el juego a este control humano, como cuando era niña y el día duraba un verano y el verano era un año, el tiempo no era, era vida.

Hoy no es miércoles, hoy es martes, es el día de los compis. Es así, porque así lo he decidido, porque hoy los latidos están lentos y porque escribir, hoy no tiene tiempo.