Cuenta una antigua leyenda que existió en un cierto tiempo, un bosque encantado, custodiado por un gran mago, poseedor de grandes hechizos, acompañado siempre de su fiel amigo, rayito de luz.
Del otro lado del bosque, vivía el amigable duende Xilocotol, con su amiga saltarina y su fiel amigo Lino. Pero no todos los habitantes del bosque eran amigables, detrás de las montañas habitaba el malhumorado y fiero dragón Mesías.

Un buen día dos amigos se fueron de paseo. Pedrito, quien era el mas curioso de los dos, vio con gran sorpresa a un pequeño Pegaso y le dijo a Maria. _Mira, un caballito con alas, vamos a ver que hace por aquí._
En ese momento, apareció Lulac, el mago, quien sorprendido de ver otras personas pregunto: _¿ Quienes son Uds.?, ¿De donde vienen?_
Estabamos paseando y vimos ese lindo caballito volador, y nos pareció buena idea ir a conocerlo _ dijo Maria con amabilidad
_Bienvenidos sean a nuestro bosque, pueden acercarse, pero no se vayan más allá de las colinas, que no es muy seguro _ les advirtió Lulac
_Muchas gracias_ respondieron los dos niños a coro.

Mira, Maria un Unicornio, Vamos a seguirlo_ Le dijo Pedrito con entusiasmo a Maria
_Acuérdate lo que dijo el hechicero_ Le recordó Maria, quien era mas temerosa que Pedrito

Los dos amigos sin percatarse en que dirección iba el unicornio lo siguieron hasta la cima de la colina, y entonces…!!!! _Fíjate Maria a donde llegamos, no es esto muy bonito_ comento Pedrito con alegría. _Pedrito, un dragón, y parece que no es amigable, ahora que vamos hacer, debimos escuchar al hechicero_ Respondió Maria con mucho temor.
En ese instante apareció Lulac bien molesto. _No se dan cuenta el peligro que han corrido- afirmo muy disgustado. En ese instante saco su vara mágica e hizo un gran hechizo al dragón de tal manera que lo hizo tan pequeño como una roca.
Los dos niños muy avergonzados se dieron cuenta del peligro que habían corrido. Si el gran hechicero no hubiese aparecido no sabrían que hubiese pasado. _ De todos modos tenemos que irnos de aquí, a las pocas horas el dragón vuelve a su tamaño original _ afirmo Lulac con firmeza,
De esta manera Pedrito y Maria se dieron cuenta que es muy prudente oír los consejos porque en muchos casos son por el bien y la seguridad de cada quién.