Fue un día de marzo que llegaste a mi vida,
un escalosfrío recorrió mi cuerpo,
tus palabras fueron dulces melodías en mis oídos
y tu mirada fue como un rayo de luz que iluminó los míos.
Me ofreciste tu mano
con mucho miedo te dí la mía.
Me diste tu corazón y no lo supe aprovechar;
te dejé partir y nunca más te pude tener.
Y aquí estoy una vez más
viendo cómo tu vida sigue y no estoy ahí
amándote en silencio sin poder ofrecerte más que mi amistad.
Y sigo aquí, amandote sin poder quererte
queriéndote sin poder besar tus labios,
sin mirar tus ojos; sin sentirte aquí, cerca de mí.
Los días pasan, la vida continúa
y mi corazon sigue latiendo por tí,
esperando que algún día tomes mi mano y deje de soñar en tí.
Texto agregado el 22-05-2008, y leído por 83
visitantes. (5 votos)
Lectores Opinan
31-05-2008
suele suceder, bonito poema MAncebo
22-05-2008
Está bonito. ¿Qué es "disye"? Desastroso
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