Hoy debo expresar algo que me invade, cierto dejo de melancolía que transita por las letras.
Quizás a modo de narración, abro mi corazón y quisiera a través del pensamiento intentar acercarnos a lo esencial de la vida, a un sentimiento vapuleado, en algun momento expresado sin sentido, en otras dicho desde el alma.
La palabra en sí es dulce y generalmente se pronuncia con liviandad, pero debo decirte que cuando nace de las vísceras, es arrolladora y todo lo puede.
Hay quien piensa en este mundo globalizado y capitalista que nos tocó vivir, que la violencia puede más que este simple vocablo.
Si te diera a elegir entre dos palabras, por tu alma de poeta te quedarías con ella, no lo dudo.
Pero... por que expresamos y no obramos en consecuencia?
A estas alturas ya tienes claro de que hablo, quizás esté demás decirla.
Ahora, paso a contarte por que estoy tan vueltera...
Sí, se que no te importa, es mi problema...
Como diría un amigo querido, lo mío es periodístico, (nada más errado) pero en fin.
Anoche te llamé, cinco meses sin saber de vos, para mí una eternidad por que a pesar de nuestras controversias, por esto de ser mujer, mamá y por sobre todo tener esa capacidad infinita de amor que gracias a Dios poseo, me preocupas, me enterneces, me dueles, si el dolor es muy grande cuando veo que estás solo, enfermo y no pedís ayuda ni permitís que te la den.
Atendiste mi llamado como si hubiésemos dormido juntos, para vos el tiempo es algo suspendido en una nube, no entendés del abandono, ni el dolor causado, dijiste -mi hija no me quiere.
Tu hija te necesita, fuiste un buen padre, nadie puede ocupar tu lugar. Mis palabras cayeron en saco roto.
Estoy sin laburo, no la puedo invitar ni a tomar un helado.
Para dar amor no se necesita dinero, para expresarlo no debes nada más que estrecharla contra tu pecho, tomarle la mano, estar presente aún en ausencia.
Seguís con tus dudas existenciales, las mismas que arrastrás desde el día que naciste, das cátedras de cómo vivir y no sos capaz de asumir tus emociones.
Es duro lo que te digo, también tu modo de obrar. Como hacerte entender que estás perdiendo la oportunidad de tu vida, que sos el único que está provocando una fractura del vínculo que te une a tu hija.
Hablamos demasiado tiempo, tus últimas palabras – quiero ayudarte me importás, yo no te odio. Si mañana cobro cincuenta pesos te llevo veinticinco.
No entendiste nada....
sabés que me dijo Gaby? - te dije que no llames, va a traer veinticinco pesos, te va a invitar un café, te descuenta el viaje, te da cinco pesos y encima lo vas a tener que llevar a su casa.
Me dolió no lo voy a negar, pero veo que la tiene clara a pesar de su edad maduró más que yo, que aún sigo esperando de vos una señal que me diga estoy vivo.
Las oportunidades a las que nos enfrenta la vida son muchas, el no darse cuenta es una forma de morir lentamente.
Deseo que alguna vez reacciones y que no sea demasiado tarde.
Voy a terminar con esa palabra, por que a pesar de que ya no somos pareja tenemos una historia en común y así lo siento.
Con amor
Muchi
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