Hay en un vaso de vino
los portentos y milagros
que tus mansos ojos glaucos
trajeron a mi destino.
Dios alivia así el camino
de los vates y los sabios,
a mí me dió tus divinos
ojos tiernos y tus labios.
Texto agregado el 21-05-2008, y leído por 323
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Lectores Opinan
07-06-2008
Admirable compocisión, digna de la más sana envidia. Muy buen trabajo. Saludos. romquint