Varios días sin el placer de tener el lápiz entre los dedos y ver como fluyen por arte de magia frases que trasuntan sentimientos y emociones, de pronto la imaginación se detiene y ya no es posible la expresión genuina del sentimiento, algo se detuvo y a partir de allí habrá que esperar pacientemente que llegue otra vez la inspiración.
Porqué sería muy fácil si con solo tomar un lápiz y escribir, el cuento o la poesía se plasmarían en el papel como por arte de magia, no es así, dependemos del sentimiento, él es el que nos va dictando los lugares y las acciones que formarán el texto final, con sus aciertos y fracasos, con el beneplácito o la diatriba de algún lector que se acerca por curiosidad a nuestras letras.
Hoy fue solo una reflexión, a la espera de inspirarme y dejar escrito eso que tan feliz me deja.